El oficialismo en el Concejo Deliberante de Lanús quiere evitar que le vacíen nuevamente el recinto para aprobar la Rendición de Cuentas, de la gestión 2017 de Néstor Grindetti, y considera no volver a convocar a una sesión especial para tratarlas y así dejar que quedan aprobadas de forma.
La cuenta que hace Cambiemos es sencilla. Mientras los bloques de Unidad Ciudadana y el Frente Renovador sostengan su postura de no dar quórum, como muestra de fuerza, no tendrán chances de juntar los trece concejales necesarios. A la vez, si algún edil decide sentarse a debatir las cuentas saldrán aprobadas por los 12 ediles que responden al Intendente.
La oposición consideró una muestra de fuerza y un mensaje a Grindetti que no se puedan tratar las cuentas el pasado viernes. Luego hizo notar su malestar el lunes cuando el oficialismo cortó el debate por un convenio con Provincia y los catalogaron de «autoritarios». A El Termómetro un edil opositor consignó «tienen que entender que no porque sean Gobierno van a hacer lo que quieran siempre».
En medio de esta encerrona, Cambiemos en el deliberante local está considerando no volver a convocar a la sesión especial para tratar las cuentas como una forma de evitar el debate donde, a pesar que puedan salir aprobadas, los bloques de Unidad Ciudadana y Frente Renovador puedan reiterar denuncias de forma pública.
Al no ser tratadas las cuentas se dan por «no rechazadas» para el Tribunal de Cuentas, aunque el organismo decida controles más exigente para los números Municipales en años subsiguientes.