(Por Christian Skrilec)
La derrota oficialista dejó al desnudo errores y falencias, fundamentalmente en los aspectos de la acción política. Si bien la Intendenta y los miembros más sagaces de su entorno especulaban con una elección difícil, la caída electoral por una diferencia de aproximadamente siete puntos sorprendió por su crudeza. Horas después del acto electoral, el gobierno municipal supo que tenía que modificar su estrategia, cambiar las formas, y ponerse a trabajar de manera distinta si quiere dar pelea en la elección de noviembre.
Menos “orga” y más peronismo
El sistema organizacional de La Cámpora mantiene una rigidez y un verticalismo que no gustan a los referentes y militantes del peronismo tradicional. Pese a que todos hoy estén bajo el mismo paraguas, una cosa es darle directivas a los propios y otra convencer y ordenar a los ajenos. Muchos militantes del riñón de la Intendenta se comportan como Miini-Mayras o Mini-Cuervos o Mini-Máximos, mientras evidencian su inexperiencia política y desconocimiento territorial. Una cosa es la voz de la Intendenta, que guste o no, tiene una sólida trayectoria e incidencia política dentro y fuera del distrito; y otra cosa es la voz de un Mini-Algo.
Los conflictos en los subcomandos electorales entre los autodenominados enviados de la Intendenta y los referentes territoriales, la falta de coordinación en acciones elementales de campaña como repartir boletas o instalar una mesa de difusión, evidencian la situación.
El gobierno tomó nota de esto y el realineamiento incluyó una fuerte crítica dentro de la agrupación de la Intendenta.
Apertura y diálogo
Lo antedicho quedó evidenciado con el plenario que se realizó en San Francisco Solano días después de la elección. Mayra habló ante más de doscientos referentes del distrito para luego abrir todo tipo de observaciones. Algunas para anotar y tener en cuenta, y otras para descartar. Difícilmente, como remarcó un militante, se haya perdido por la buena voluntad que pone la Intendenta para tomarse selfies con quienes lo requieren.
Ese primer paso, el plenario, derivo en otros plenarios y en un sinfín de reuniones en los barrios donde el gobierno mantiene la vocación de escuchar a referentes y militantes, además de atender a los vecinos. La Intendenta Mendoza y también el senador provincial Emanuel González Santalla, ampliaron su agenda de reuniones con dirigentes políticos distritales de primera, segunda y hasta tercera categoría, tomando nota de las demandas y requerimientos con el objetivo de dar respuesta.
Asimismo, los distintos sectores que componen el Frente de Todos, también se reúnen, discuten y se encuentran, en una práctica que no era usual salvo excepciones, en la previa a las elecciones de septiembre.
Cambios inmediatos y a futuro
Si bien el gobierno está conforme en cómo se gestionó en varias áreas del municipio, reconoce que le faltó política para explotar los aciertos y para contener los desaciertos. La inclusión del dirigente de Bernal Oeste, Roberto Gaudio, al frente del Girsu, más que un cambio para mejorar el funcionamiento de la recolección de residuos, que dicho sea venía mejorando con el paso de la gestión, es una señal para todos los sectores aliados. La gestión Mendoza está dispuesta a incluir actores de otros espacios en su gabinete.
La sumatoria de nuevos funcionarios pero viejos actores de la política local, no sé reduce al esquema electoral, sino que ya se piensa con una visión a mediano plazo. Sea cual fuera el resultado de noviembre, el gobierno tiene que seguir rumbo a 2023, y estas PASO le demostraron que cuanto más actores de la política local se sientan comprometidos con el proyecto, mejor.
El condicionamiento nacional
En el AMBA se nacionaliza la campaña, en Quilmes, todavía un distrito más cercano al primer cordón del conurbano que al tercero, esa nacionalización impacta históricamente. Hoy, el gobierno nacional es un lastre, la lista de diputados nacionales no sumó y posiblemente no sume al momento de votar. Los resultados de toda la tercera sección, incluido los de Quilmes, pusieron a los candidatos locales y seccionales por encima de los nacionales. No hay arrastre.
Se espera que las medidas nacionales y un nuevo esquema de campaña alivianen la carga nacional en la provincia, y por ende en los distritos. También el cambió provincial es importante, la inclusión de un Jefe de Gabinete como Martín Insaurralde en lugar de “Carli” Bianco, es la entrada de un profesional de los menesteres políticos electorales en lugar de un amateur. La creencia generalizada es que el resultado debería ser mejor, aunque hay quienes sostienen que frente a la inminencia de la elección es tarde. Veremos.
“Darla vuelta”
El objetivo del gobierno comunal es dar vuelta el resultado. Difícil, no imposible. Los principales impedimentos para lograr ese objetivo son tres, primero, una diferencia importante en contra, esos siete puntos por los que se impuso Juntos en Quilmes, implican que el Frente de Todos deberá conseguir entre 30 y 40 mil votos más para ganar la elección.
El segundo inconveniente, es que los otros también juegan. Si bien lo ampliaremos en otras ediciones, la gente de Juntos está envalentonada con el resultado, y considera que pueden ampliar su caudal de votos. Esto subiría aún más la vara para el oficialismo.
En tercer término, la voluntad y el humor social del posible votante oficialista están en estudio. El mencionado condicionamiento nacional, las acciones políticas provinciales, y el esfuerzo local, no necesariamente alcancen para motivar a los potenciales votantes del Frente de Todos. El intento se hará a todo nivel, pero el resultado es incierto.
No obstante, hay que mencionar que el objetivo real del gobierno local, aunque no lo manifieste, es el de arribar al 42 por ciento de los votos. Porcentaje que lo dejaría en un virtual empate ante la oposición, o en una derrota aceptable. Es que con ese porcentaje, garantiza la obtención de 6 bancas en el Concejo Deliberante y la consecuente conducción del cuerpo por los próximos dos años. Además, demostraría una gran capacidad de recuperación electoral, lo que le daría tranquilidad de cara a las elecciones del 2023.
Gracias por leer.
Parece tarde los cambios políticos, la tozudez fue necesaria para darse cuenta. La fe está intacta, no es imposible dar vuelta en Quilmes el voto castigo a la campera.