(Por Christian Skrilec)
Se conmemora. Se marcha. Memoria, Verdad y Justicia. 24 de Marzo.
Todo lo que hasta ayer parecía claro, definitivo, objetado apenas por una minoría jurásica, se oscurece, se cuestiona.
Batalla cultural. Loop. Los organismos de derechos humanos marchan y critican, el peronismo marcha y critica, la izquierda marcha y critica. El gobierno provoca y construye otro relato. El oficialismo no disputa el espacio público, lo reduce, lo limita y lo estigmatiza. El gobierno da una batalla encarnizada, cruel e impiadosa, en los foros virtuales, en las redes, en el mundo donde habitan intelectualmente aproximadamente la mitad de los ciudadanos.
El locutor se entusiasma: “Familias con hijos, jóvenes… reivindican la memoria…”, se emociona y se equivoca. Hay que revisar. Durante su campaña, Milei cuestionó a la memoria, a la verdad y a la justicia. Entre los menores de 30 años ganó por absoluta mayoría, se especula que en menores de 25 años consiguió más del 70 por ciento de los votos y en menores de 20 casi el 80.
El mejor camino para transformar la realidad es tratar de comprenderla y aceptarla. Para los jóvenes menores de 30 la opinión de sus dirigentes respecto al pasado más oscuro de la Argentina no parece relevante, no está entre sus prioridades ni entre los aspectos a valorar.
El pasado reciente les quedó lejos, no lo estudiaron, no lo aprendieron o les resultó indiferente. Dicho sea de paso, o era mentira que el “kirchnerismo” adoctrinaba, o tenía a los adoctrinadores más imbéciles de la historia. En condiciones normales la explicación más sencilla suele ser la correcta (Ockham), es redundante decir que buena parte de la actualidad se la debemos a la catástrofe educativa de los últimos 30 años.
No importa el número, la convocatoria, el volumen de la marcha, la batalla se está perdiendo. La discusión, las objeciones, lo demuestran. 30 mil, 20 mil, 5 mil. Un absurdo. Miles de casos comprobados de detenciones ilegales, secuestros, torturas, violaciones, asesinatos y ejecuciones con el sello del Estado. Cuerpos vivos arrojados al río, cementerios sin nombres, bebes robados y apropiados. Todas esas certidumbres se discuten en el número. Ponen en duda la cantidad para después poner en duda los hechos.
Las explicaciones para el retroceso son múltiples y difusas. La economía que pervierte los ideas, los relatos sesgados, la utilización sectorial de la memoria, el usufructo innecesario de la tragedia, cualquier causa es probable y el resultado es preocupante. En esto también es necesaria la autocrítica, si nadie hizo nada mal cómo se explica este presente.
Casi como una afrenta, pero con cierta lógica historicista, considero conveniente citar a Margaret Thatcher, elogiada por el presidente Milei como una de las grandes impulsoras de las políticas neoliberales. La dama de hierro de Inglaterra dijo una vez: “la economía es el método, pero el objetivo es el alma y el corazón”.
Estamos desandado un mapa peligroso donde demasiadas rutas conducen a lugares oscuros. Seguir al guía equivocado, elegir mal el rumbo o aventurarse en un atajo, puede dejarnos en un camino sin retorno.
Gracias por leer.