Desde el Frente Popular Darío Santillán realizaron un reclamo de alimentos en Finexcor reconocido frigorifico de Bernal. En ese contexto, el referente de la organización Orlando Agüero dialogó con El Termómetro y sostuvo que el gobierno de Javier Milei “combate a los pobres, no a la pobreza”.
“A partir de la llegada de Milei las organizaciones sociales que trabajamos en las barriadas más populares nos vimos afectadas por la no entrega de alimentos a los comedores y la reducción del programa potenciar trabajo, eso dejó a una cantidad de personas a la deriva. A la par, el ajuste brutal y el aumento de la canasta familiar más los servicios, hizo que queden miles de familias que quedaron en una situación muy grave”, expresó.
En esa línea, sostuvo que “muchas personas pueden comer una vez al día y por lo general es en los comedores que tenemos las organizaciones en los barrios” y detalló que tienen “en la zona sur alrededor de 50 comedores comunitarios”. También señaló que tienen “un aporte de mercadería por parte de la Provincia”, así cómo de los municipios, pero que “no se compara con la contención que puede ofrecer Nación”.
“Observando la característica nutricional de la familia vemos que hay una falta de consumo de carne. Este es el momento de menor consumo interno de carne, por eso fuimos a reclamar alimentos a Finexcor. El frigorífico que exporta a todo el mundo se encuentra en un barrio donde las necesidades son extremas”, subrayó.
Y añadió: “Hay una primera responsabilidad estatal a nivel nacional por dejar a la deriva a personas que estaban contenidas dentro de los programas nacionales, pero también una responsabilidad ética de las empresas que están teniendo una acumulación exponencial de ganancias, mientras hay una extrema pobreza de sus vecinos”.
Insistió en que “es insuficiente la Tarjeta Alimentar, no alcanza” y subrayó que “el gobierno anuncia que combate a la pobreza, pero combate a los pobres”. Consultado por la “baja” cantidad de reclamos comparado con los últimos años, marcó que “el gobierno implementó un sistema represivo y de persecución a la lucha callejera”, pero advirtió que “hay un punto donde no se aguanta más y se pierde el miedo”.