En medio de un clima de tensión social y violencia política enorme que llevó al asesinato de uno de los candidatos presidenciales semanas antes de los comicios, Ecuador fue a elecciones el domingo pasado para elegir nuevo Presidente. En este contexto, Luisa González, la candidata correista competirá en segunda vuelta contra el empresario Daniel Noboa, candidato de Alianza Democrática Nacional, la derecha anti-correista.
Un grupo pequeño de argentinos participó como veedores de la elección llevados por la Alianza Democrática Nacional (OEA), entre ellos la concejal lanusense de Juntos por el Cambio Laura Lavandeira.
«Soy observadora internacional, me anoté hace cuatro años, en la parte de Defensa de la Democracia de la OEA. En su momento participé de los comicios en Panamá y ahora hace mucho que no me llamaban, esta vez había dos misiones al mismo tiempo, en Guatemala y Ecuador», contó a El Termómetro y detalló que la organización busca perfiles con experiencia en materia electoral para sus misiones, parte de lo que se puede cargar a su página web.
Según describió la tarea del observador es «certificar el proceso electoral entero. El primer día te reunís con el órgano del Gobierno que se encarga de la elección, en Ecuador tiene un poder electoral separado del resto de los poderes para transparentar más el proceso. Allí observamos como es la distribución de urnas, boletas, la carga de datos».
Contó que como una de las peculiaridades del proceso, previo al día de los comicios votaban «los privados de la libertad, el jueves antes de las elecciones, y el día viernes está el voto en casa, para aquellas personas que no se pueden trasladar, y todo esos votos quedan en las urnas hasta el domingo a la tarde cuando escrutan».
«El día de las elecciones estamos desde antes de la apertura de las elecciones en una junta, que para nosotros son las mesas. Esa junta la observamos todos el día, cómo se da el proceso, pero en el medio podés ir moviéndote por otros centros de votación».
Las elecciones en Ecuador se dieron en un clima tenso de alta violencia política en el que semanas antes sicarios mataron a tiros al candidato presidencial Fernando Villavicencio luego de un acto en Quito.
«Me tocó trabajar en Guayaquil. Era un lugar complicado, donde votaban varios candidatos que estaban amenazados. Los controles eran extremos, había Toque de Queda, a cierta hora ya no se podía salir del hotel. A algunos de mis compañeros les dieron chalecos antibala, dependiendo la zona en la que estabas», relató sobre cómo se vivió el proceso para los veedores.
Asimismo, Lavandeira vio «una sociedad violenta, desde como manejan los conductores en la calle, hasta la tensión permanente que tenía la policía que custodiaba la zona. Por primera vez la OEA pidió que los observadores tengan seguridad todo el día».
«Estuvimos cambiando sensaciones todo el tiempo. La OEA trata de hacerse sentir protegido, el encargado de la seguridad era argentino y te entendía más que nadie. Hubo un momento que si tuve miedo pero entendíamos que es algo que se tiene que hacer, hay que velar porque se mantengan los procesos democráticos transparentes en todos los países de américa».
El resultado de las elecciones no estuvieron en duda y a pesar del contexto, los comicios fueron ordenados: «Según el informe que sacó la EOA, la elección del domingo no tuvo inconveniente más allá de un problema para los ecuatorianos en el exterior por un problema con la app. El voto de extranjero es importante».