(Por Christian Skrilec)
Cristina Vs Macri, un título propio de la ciencia ficción. Una secuela, un tanque cinematográfico que puede aplastarlo todo. Pero también una opción, muy difícil que se vuelva real, pero no imposible.
Cristina y Macri son, le pese a quien le pese, los máximos referentes de sus respectivos espacios, y en este juego perverso de enfrentamiento sin diálogos ni acuerdos, se retroalimentan y reposicionan. Un espejo que los potencia.
Si el Kirchnerismo duro, tal como lo exhibió, lo operó y lo forzó la semana pasada, hará lo imposible para convencer a Cristina para que participe en la elección, y sea la candidata a presidente del espacio, no le abriría también el camino a Mauricio Macri para pensarse como la única opción a Cristina Kirchner.
La situación es interesantísima y paradojal. Macri y Cristina, número más número menos en cualquier encuesta que se precie de seria, están al tope de las imágenes negativas de la clase política.
Obviamente, Cristina también cuenta con un piso de votos sólido e invulnerable que duplica al menos el voto duro de Macri. Pero en la revisión de los datos, siempre cuestionados e imprecisos a la hora de contar las boletas, ambos pueden estar seguros que dos tercios del país dice que no los votaría nunca.
Pero y si se presentan, ¿no se convertirían naturalmente es la única opción, exponiéndonos a una decisión final?
Es cierto que es difícil llegar a una conclusión final o definitiva si sólo se cosechan un tercio de los votos y a la hora del balotaje solo se suman voluntades por la falta de otras opciones. Pero una disputa de este tipo obliga a la generación de alianzas y acuerdos que hoy están ausentes en la política nacional. La elección brasileña es un ejemplo de ello.
Lo cierto es que Cristina y Macri representan cosas distintas. Más allá de las valoraciones que tengamos respecto a lo que representan, son diferentes, tanto en los dichos como en los hechos. Lamentablemente, los resultados de esa distinción no han sido buenos, ambos se excusan en la falta de continuidad de sus proyectos, entre otros pretextos más o menos relevantes.
En fin, la pregunta que deberíamos hacernos ante la incertidumbre del escenario político actual, es si no nos serviría como habitantes y votantes una batalla electoral que nos presente dos opciones claramente definidas para enfrentar el futuro.
El único imperativo que debería tener está disputa, es la aceptación del resultado y el acompañamiento de las políticas a ejecutarse por el triunfador. Es la condición más difícil, respetar a las mayorías, pero es determinante.
Mientras tanto vemos otras películas, con actores de reparto y argumentos reblandecidos, que difícilmente nos expongan a una decisión definitiva, que al fin de cuentas, son las únicas que importan.
Gracias por leer.