(Por Christian Skrilec)
En la primera parte de esta nota dibujamos los trazos de un posible mapa para entender la futura gestión municipal de Mayra Mendoza. Marcamos algunos puntos interesantes como el abordaje territorial, la planta política y los empleados municipales, la relación con los sindicatos, las políticas de austeridad y de género, y un nuevo paradigma en la interacción con el Concejo Deliberante. Ahora, mencionaremos otros asuntos que pueden determinar el éxito o el fracaso del futuro gobierno.
Relación con la Nación, la Provincia, y otros municipios
Salvo raras excepciones (en la Tercera Sección sólo podemos mencionar el ejemplo de Avellaneda), los municipios del conurbano son dependientes de los gobiernos nacional y provincial. Esa dependencia es esencialmente económica, pero esa economía depende a su vez de la relación política. Descartando la fluidez en la entrega de la coparticipación provincial, y que los fondos afectados para los distintos programas en ejecución tanto de Provincia como de Nación se ejecuten en tiempo y forma, las ayudas particulares son determinantes.
Martiniano Molina gozó de ventajas cuantitativas en cuanto a aportes económicos se refiere, a niveles de los municipios de La Plata y Lanús. Esas ventajas le permitieron hacer del 2017 un año record en obra pública con la conclusión de los bajo vías y la reconstrucción de los principales corredores viales del distrito. La contracara es Berazategui, en ese mismo año, donde Cambiemos derrochó cemento en todos sus distritos afines, el municipio de los Mussi no pudo inaugurar ni una parada de colectivos. Vale recordar que durante el gobierno de Cristina Kirchner, Berazategui logró una verdadera revolución de obras viales. En síntesis, los municipios de la zona no tienen capacidad para realizar obras públicas, centros de salud o escuelas, para ello dependen de los estamentos superiores.
El resultado electoral favoreció a Mendoza de manera cualitativa. Los otros candidatos vinculados a La Cámpora e impulsados por Máximo Kirchner, fueron derrotados: Saintout en La Plata, Debandi en Tres de Febrero, Depetri en Lanús. Esas derrotas dejan a Mayra como la única intendenta del sector en el conurbano, y por lo tanto, direccionan la influencia de sus máximos referentes a un solo distrito. Máximo Kirchner y los suyos, sólo tendrán demandas de obras y recursos para Quilmes.
Asimismo, se espera que la histórica relación política y personal de Mendoza con el gobernador Kicillof y varios de los integrantes de su gabinete, pueda traerle beneficios adicionales. Del mismo modo, se buscará trabajar en conjunto con los distritos vecinos, logrando cierta sinergia a la hora de gestionar temas conjuntos.
Apuesta a caras nuevas
El nuevo gabinete Municipal, sea tal vez la apuesta más arriesgada de Mendoza. Suele decirse que para ocupar un cargo en el estado y tener éxito, se necesitan tres cosas: conocimiento de la política, experiencia en la administración pública, y capacidad técnica. Se puede prescindir de alguna de ellas, pero si al menos no se tienen dos de las tres características, el funcionario entra en zona de riesgo. El estado es un sistema burocrático complejo, donde para mover un papel de una oficina a otra, muchas veces se necesita un mapa. El personal de planta, los intereses políticos y personales, los sistemas de control y descontrol, los vicios y otras peripecias que afectan a nuestra burocracia, exponen a los funcionarios novatos a un laberinto del que sólo se sale con una brújula (conocimiento de la administración pública) o por arriba (influencia y decisión política).
Pese a que la futura Intendenta conoce estas vicisitudes, decidió jugar fuerte y apostar a caras nuevas para algunos puestos clave de la gestión: Cecilia Soler en la Secretaría de Obras Públicas, Gastón Distefano en Seguridad, y Alejandra Cordeiro en la Agencia de Fiscalización y Control, son una muestra que Mayra está dispuesta a modificar los mecanismos de funcionamiento del estado municipal amparada en su conducción política.
Todas las gestiones tienen jugadores que la ponen en partido, o guías que la ponen en ruta: Villordo tuvo la tutoría de Aníbal Fernández y un conjunto de funcionarios criados en la administración pública. Gutiérrez tuvo una secretaría de Hacienda todopoderosa, con Alejandro Tozzola a la cabeza y un equipo de funcionarios de primera para toda el área. Y Martiniano Molina contó con la consejería y la acción permanente del senador provincial Eduardo Schiavo (ex secretario de Gobierno de Federico Scarabino), su padre Jorge (ex funcionario de fuste de Eduardo Camaño), y la acción del diputado provincial Fernando Pérez (secretario de Gobierno durante los primeros meses). Para bien o para mal, todos hicieron arrancar sus gestiones.
¿Quiénes serán los funcionarios de Mayra que pongan el motor de su gobierno en marcha? Eso está por verse.
Gracias por leer.