Luego de la fallida sesión especial para elegir un nuevo Defensor del Pueblo en Avellaneda, con cruces de comunicados cada sector marcó posición. El bloque del Frente para la Victoria separó del bloque a María Balbuena, quién se ausentó y evitó la sesión, y la incorporación de Héctor Villagra, quién pese a tener hasta ahora un bloque unipersonal de hecho ya trabajaba a la par del oficialismo.
A través de un comunicado el bloque del FPV marcó posición “El Bloque de Concejales del PJ-FPV de Avellaneda quiere comunicar, en consecuencia con la política y el proyecto que representamos en el HCD, la incorporación al Bloque del Compañero Concejal Héctor Villagra, Secretario Gral. de la CGT y Secretario de la UOCRA. Coherentes con nuestra trayectoria, y de acuerdo a que no podemos dejar pasar conductas que exceden las situaciones personales, con actitudes como la tomada por la concejal María Balbuena, que sin informar o comunicar su decisión y pese a que en la sesión anterior se mantuvo en su banca como parte del Bloque, para luego irse rápidamente, claramente porque su decisión ya la tenía tomada y no tuvo voluntad de comunicarla y luego intenta justificarse con un comunicado, donde cree que con frases de Perón, puede justificar su cambio, que van en contra de lo votado por la gente. Por unanimidad hemos decido separarla de nuestro bloque. Seguramente creerá que su banca le pertenece, la ley, que es de una dictadura, las deja a cargo de los electos, pero es una falta de respeto a los votantes, éticamente tendría que renunciar a ella y si va a dar un paso al costado como dice, justamente sería bueno que lo haga y así la banca volvería al Proyecto Nacional y Popular, que conducen el Intendente Jorge Ferraresi y Cristina Kirchner”.
La concejal Balbuena, además de retirarse al momento de la sesión, firmó un comunicado en conjunto con la oposición en el que entre otras cosas se señala que “el intendente no pudo esta vez doblegar la voluntad de poner un límite al autoritarismo con el que se manejan las políticas en nuestra ciudad”.
Las fuerzas se reacomodan en el deliberante de Avellaneda, quedando en una delicada paridad que requerirá del diálogo y la negociación para poder funcionar.