Ante una multitud de militantes, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner dio un largo discurso en el polideportivo Néstor Kirchner de Quilmes, donde presentó su visión de la gestión del presidente Javier Milei, planteó su posición respecto a la política económica, la energía, la educación y la prepagas entre otros temas, y coló en su discurso varios mensajes para la interna peronista.
Además de agradecer la invitación de la intendenta Mayra Mendoza, la ex presidenta dejó en claro desde el principio que motivaba el discurso que estaba dando en Quilmes: “Escuché al Presidente en una cadena nacional y me decidí a venir acá para reflexionar sobre este particular momento que vive la Argentina, sobre el proyecto anarco capitalista y el inútil sacrificio al que está siendo sometido nuestro pueblo”.
Inmediatamente, Cristina cargó contra el festejo del superávit del presidente Milei, “cuando escuché al Presidente congratularse por el superávit público del primer trimestre y resulta que no pagaste la energía, las obras públicas, y le debés a las provincias y a las universidades… No hermano, no tenés superávit”, para luego agregar que “es un superávit que no tiene sustento. Creer que en la Argentina el problema es el déficit fiscal es no entender el país, la economía y el mundo”.
En el mismo sentido, la expresidenta aseguró que el gobierno carece de un plan de estabilización, “que sí lo tuvo el gobierno anterior (en referencia al período de Menem) que fue la convertibilidad sostenida por la venta del patrimonio nacional y por el endeudamiento” y que también tuvo la presidencia de Alfonsín con el Plan Austral.
Otro de los momentos fuertes de la alocución de Cristina, fue cuando se refirió a la ideología anarcocapitalista del presidente, explicando que: ¿Qué es el anarcocapitalismo? Hay una pista en el discurso de la cadena nacional. Dijo que la recuperación y crecimiento va a venir desde 4 lugares: petróleo, gas, minería y agricultura. Nos preanuncia una economía de un carácter extractivita: llevarse todos los recursos naturales sin valor agregado, sin tecnología, sin industrialización. O sea, pre capitalista”. Para luego agregar que: “Me hace acordar a la Argentina del virreinato del Río de la Plata cuando se llevaban toda la riqueza, suena a anarco-colonialismo”.
Además de estas descripciones macroeconómicas, Cristina apuntó sobre varias cuestiones de la economía y la política diarias, refiriéndose a lo ocurrido con las empresas de la medicina prepaga; la energía, donde abundó en datos sobre lo sucedido durante la gestión “kirchnerista”; y el inminente crecimiento de la desocupación, asegurando que es “peor que no te alcance el sueldo es no tener un salario”.
Tomando como sustento la reciente marcha en defensa de la Universidad Pública, Cristina consideró, recordando su gestión que “en lo universitario estoy conforme, pero tenemos que rediscutir la escuela primaria y secundaria… en el mensaje de marzo de 2012 hable de eso y me sacaron a los bolsazos”.
Vale señalar que en medio de estas explicaciones, Cristina dijo que “El presidente debe comprender que debe dar el golpe de timón sobre esta política”.
Mensajes políticos al oficialismo y a la interna peronista
A lo largo del discurso Cristina le envió varios mensajes al oficialismo, recalcando siempre que “Nadie desconoce la legitimidad de origen del presidente, pero la legitimidad de origen debe refrendarse en la gestión… te pudo haber votado el 60%, pero si cuando sos gobierno la gente se caga de hambre, pierde el trabajo y aumenta la desocupación y no puede llegar a fin de mes, ¿de qué sirve?”.
También aseguró que “el problema es que el presidente es muy dogmático, quiere acomodar la cabeza al sombrero”.
Asimismo, y ya como una advertencia, Cristina afirmó que si se llevan adelante políticas perjudiciales para el país “me voy a convertir en avatar, con otros hombres y mujeres pintados de celeste y azul para defender a la patria”.
Además, cuando se refirió al tema educativo, le recordó al oficialismo que se “habla de adoctrinamiento en las escuelas pero si hubiéramos adoctrinando en las escuelas él no sería presidente”.
En lo que respecta a la interna del peronismo la expresidenta no anduvo con vueltas y dijo que “no podemos ir a la televisión a hablar mal de otro compañero. Si todos supiéramos y estudiáramos un poco más podríamos vivir mejor las cosas”.
En el mismo sentido insistió: “Quiero pedirles a los dirigentes y los militantes, hay que estudiar y hay que formarse y no discutir pelotudeces, están discutiendo como cambian la vida de los dirigentes, pero lo que hay que cambiar la vida de la gente”.
También recordó, que cuando en un acto en Avellaneda afirmó que “cada compañero tenía el bastón de mariscal no era para que se lo den en la cabeza a otro compañero”.