«Conozco tu ira, conozco tus sueños
He sido todo lo que quieres ser,
Soy el culto a la personalidad»,
Living Colour
por Ezequiel González
“Nunca pensé que iba a hacer algo así por un político”, le dijo un pibe de unos 16 o 17 años a una chica con la que estaba en la Plaza Grigera. Tenía una banderita de Javier Milei en la mano y miraba con desesperación hacia el norte a la espera del candidato libertario.
Así como él, la plaza del centro de Lomas de Zamora estuvo plagada de jóvenes esta tarde para la visita del candidato a presidente de La Libertad Avanza. Sin ser una multitud, en una cuenta rápida se habrán juntado unas 600 o 700 personas que cortaron avenida H. Yrigoyen. A diferencia de lo que pasa con las estructuras políticas tradicionales, los militantes eran los menos y estaban claramente identificados con pecheras, además de ser parte de la organización.
A la convocatoria pudo ayudar que a la misma hora en la misma plaza había una feria Otaku. Por eso no llamó la atención que al final de la procesión, la última 4×4 llevaba a una pareja de Cosplayers con un peluche de «pochita», el personaje del animé Chainsaw man (El Hombre Motosierra, es real, no es joda) la nueva mascota libertaria en la mano.
A dos días de su cierre de campaña en el Movistar Arena, esta fue última visita al Conurbano sur de Milei, quien no tiene más actividades planeadas luego que esta misma tarde pase por Moreno. La lógica fue la misma que utilizó en sus últimas apariciones públicas. Encima de su camioneta en caravana hizo una cuadra sobre la ex Pavón a la altura de la Municipalidad. No es casual la decisión que ir a Lomas de Zamora, el escándalo de Martín Insaurralde puso el ojo en el distrito. Patricia Bullrich cerrará el jueves allí también.
No fue un acto, Milei no habló, se limitó a gritar “la casta tiene miedo”, a agitar los brazos con estridencia, a posar para las fotos de su prensa o firmar alguna cosa que le hayan acercado. Quizás lo más destacable fue que levantó y festejó con una réplica de la copa del mundo. El fútbol está presente en su vida, el fin de semana había cabeceado pelotas frenéticamente en su visita a Mar del Plata. Fue arquero de joven.
Su público, aunque mucho más diverso de lo que muchos analistas señalan, fueron mayoritariamente adolescentes que vivieron la caravana con fervor. Aún así no deja de ser un personaje memeable. Un seguidor extasiado por la figura del libertario no paraba de ridiculizarlo repitiendo en cada frase “osea, a ver, digo”, los latiguillos del ex analista televisivo.
Quizás cuando no se entienda qué lleva a muchos de estos jóvenes a buscar una alternativa a la política tradicional que no les da repuestas ni soluciones a su vida, este ejemplo los ayude. En una conversación entre tres jóvenes uno explicaba la dinámica inflacionaria de las últimas dos semanas con una situación que lo tenía a maltraer: ”La compu que me quiero armar subió 150 mil pesos en dos semanas. Si, dale, dos me voy a armar”. El 60 por ciento del padrón electoral tiene menos de 35 años y ahí reside gran parte del voto libertario.
Al mismo tiempo, otros dos chicos mostraban la lógica que domina a gran parte de ese electorado con la que ven el funcionamiento del estado. Parados sobre el cantero en el centro de la avenida decían entre risas: “Esta planta seguro le costó 300 mil pesos a Insaurralde”. Para luego pisotearla en búsqueda de la mejor foto posible con su candidato. Fueron incansables los chistes sobre yates. Una imagen política que parece que no se borrará.
Tampoco parecen haber tenido una discusión interna al utilizar los mismos métodos de acción política que la casta que tanto insisten en criticar, esa que tiene miedo y ya se va. Los libertarios hoy cortaron durante una hora y media una de las arterias más concurridas del conurbano, privando a miles de su derecho constitucional al libre tránsito. No pareció preocupar durante la jornada.
El fervor y la convocatoria son genuinos. Milei es un fenómeno extremadamente difícil de explicar en la política argentina. Con sus formas estridentes y propuestas que escapan a lógica logró atraer de forma obsesiva a un sector muy grande de la sociedad que se entiende desatendido, excluido o ignorado por las políticas públicas de los últimos gobiernos, sea esto cierto o no.
Se ubica en un lugar de líder mesiánico, salvador, el único que conoce las respuestas y las soluciones a los problemas del país. Un enorme culto a la personalidad diseminado a través de memes en redes sociales, con slogans baratos pero efectivos que sostienen una lectura correcta de lo que quiere oír un electorado que atraviesa un contexto asfixiante de crisis terminal del sistema, político y económico.
Es el caudillismo 2.0, como Rosas o Perón pero en TikTok.