(por Ezequiel González)
Luego de la victoria en las elecciones de medio termino, en la que la alianza le sacó más de 2 millones de votos al oficialismo, Juntos entró en un espiral de rosca interna que solo ha ido in crescendo con el paso del tiempo. Los afectó el saberse ganadores de la elección nacional. La pelea por la conducción del espacio y por la lapicera para las listas sacaron a la superficie cada trapo sucio que el frente había guardado tras haber sobrevivido derrota en 2019 de Mauricio Macri. El objetivo 2023 es saltear las diferencias internas y llegar a octubre con una fórmula consolidada.
El escenario del principal frente opositor cambió enormemente en el último año y medio. Las encuestas de las semanas previas a las legislativas mostraban una ventaja de los amarillos a lo largo del país pero una victoria peronista en la provincia de Buenos Aires que equiparaba las fuerzas. Tras la paliza nacional y la sorpresa bonaerense, Cambiemos entró en un espiral autodestructivo en la pelea por el poder.
La única interna real en el frente se da entre Horacio Rodríguez Larreta, quien quiere ser el conductor y candidato presidencial del espacio, y Mauricio Macri quien busca sostener el poder que alguna vez tuvo por ser el dueño del PRO y único presidente desde la vuelta de la democracia que terminó su mandato. El 2022 estuvo definido por esa relación tirante, con la formación de por lo menos dos estructuras amarillas, los Halcones, el ala dura de Mauricio, y las palomas acuerdistas de Larreta, que vociferan de una interna. Este año empezará con lo que parece ser un inicio de entendimiento.
El ex mandatario recibirá en las próximas horas al Jefe de Gobierno Porteño y la expectativa de un principio de acuerdo aparece en el aire. Salvo por la elección en la Ciudad en 2015, el PRO no ha dado muestras de querer resolver sus diferencias en elecciones internas. El encuentro en el barrio Cumulen de Villa Langostura puede ser el primer paso para resolver el nudo que hoy ahoga al principal frente de oposición.
Los aliados del frente se reconocen actores de reparto en esta historia. La UCR amenazó con presentar candidatos presidencial y a Gobernador propios si el PRO no sé pone de acuerdo, pero ninguno de los suyos levanta en las encuestas y la aspiración es colocar a los vice en la fórmulas. El único decidido a jugar es Martín Lousteau, en CABA, otro es que parte del tire y afloje de la interna PRO y moneda de negociación entre Larreta contra Macri.
En tanto, i bien no lo ha hecho pública su posición la Coalición Cívica ya eligió candidato. Elisa Carrió ha dado sobradas muestras de apoyo al actual Jefe de Gobierno porteño, mientras no deja de lanzar dardos contra el ala dura. No impacta en los votos pero como le gusta decir a la ex diputada deposita la vara «moral» de un lado de la grieta PRO.
Allí es donde la interna actual parece desbocada. La acusación de Rodolfo Tailhade que la filtración de los chats del ministros de seguridad y justicia porteño, Marcelo D’Alessandro, es parte de la interna amarilla, con el ojo puesto en Patricia Bullrich, tiene asidero y verosimilitud. Aún así. es incomprobable siendo parte de un objeto de ilegalidad cómo una escucha de servicios de inteligencia.
Cómo se traduce en el territorio
La interna tiene su correlación en la tercera sección. A fuerza de billetera, Larreta se rodeo de un importante grupo de dirigentes. En la previa tiene a la dos que posiblemente obtengan más votos en la próximas elecciones: Martiniano Molina en Quilmes y Guillermo Viñuales en Lomas de Zamora. Aún así y a pesar de la distancia que tomaron nadie discute la conducción de Néstor Grindetti en la región. El intendente de Lanús sigue siendo el máximo referente amarillo de la zona sur, tiene la bendición de Mauricio y hasta se anima a entrar en la pelea provincial para desinflar la candidatura de Diego Santilli.
Un posible acuerdo Macri- Larreta cómo se espera que en algún momento suceda lo dejará, otra vez, con la lapicera de la lista seccional en la mano y sin discusiones.
A eso aspira su sucesor. Diego Kravetz no solo va por la intendencia de Lanús este año, quiere tomar la posta como referencia amarilla en la región. De altísimas aspiraciones, el actual Jefe de Gabinete todo hace mirando al futuro.
De no revolver la disputa de la conducción, las primarias serán centrales para resolver candidaturas en varios distintos. Una muestra de ello son Avellaneda y Almirante Brown que muestran por lo menos cuatro aspirantes de Juntos en cada distrito. En el distrito comandado por Ferraresi vienen de quedar bien posicionados en la Legislativa y saben si hay una elección para el batacazo es la de este año.
Quilmes es el distrito que el PRO apunta a recuperar. Molina sigue teniendo una enorme llegada al votante, pero perdió el lugar como único referente. Los brindis de fin de años mostraron a un PRO partido algo que hasta aquí no se había dado sobre la figura del ex intendente.
La elección en la Tercera será central si la alianza opositora quiere tener aspiraciones de ganar la gobernación. Aún así sabe que el poderío de los intendentes y hará circular los recursos hacía la región para posicionar a los Jefes Comunales peronistas y la disputa política pasara, muy probablemente, por la agenda nacional y Provincial: la economía, las causas de Cristina Kirchner, y la seguridad como temas centrales.