(Por Macarena Ramírez)
Sin Cristina Kirchner en la boleta y una conducción clara en la provincia de Buenos Aires, los diferentes sectores del peronismo bonaerense se arman y establecen estrategias propias para llegar lo mejor posicionados posible a la discusión que se dará en los próximos meses, primero por la estrategia electoral, y después por las candidaturas. En compartimentos estancos cada cual hace su juego. Tensiones cruzadas y estado de reunión permanente.
Cristina Kirchner revoleó bastones para todos y todas, en público y en privado, y mandó a la dirigencia del Frente de Todos a trabajar si no quieren que la ola amarilla que se avecina el próximo año electoral se los lleve puestos incluso en sus tradicionales bastiones. Ella no será candidata dijo, un problema para quienes tienen aspiraciones, especialmente, en la provincia de Buenos Aires, donde la vicepresidenta tiene su mayor capital político.
Sin una conducción clara, cada sector del peronismo bonaerense, acostumbrado al verticalismo, se prepara para llegar lo mejor posicionado posible a la mesa de discusión. El nivel de incertidumbre es alto. ¿habrá internas? ¿Cristina ordena o se corre? ¿hay margen para que cambie de opinión y sea candidata? ¿conviene? ¿A quién?
El gobernador de la provincia de Buenos Aires no será quién conduzca al peronismo de la provincia que gobierna. No quiere ni lo seguirían. Sin embargo, Kicillof ya puso primera para pelear por mantener el sillón de Rocha y ser el candidato del Frente de Todos para la gobernación. El puntapié inicial de una campaña que llevará su sello comenzó la semana pasada con una de sus tradicionales mateadas en plazas. Fue en La Plata, y multitudinaria. “Le vamos a pedir a esta provincia que nos acompañe para seguir transformándola”, dijo confirmando sus aspiraciones.
Kicillof espera ser bendecido por Cristina Kirchner, con eso le alcanza. Mientras tanto seguirá con su librito, enfocado en la gestión, y recorriendo la provincia de Buenos Aires con obras, programas, y plazas militantes. Durante el verano estará enfocado en la temporada.
Mientras tanto, la tensión con un grupo de intendentes del conurbano bonaerense continúa. Es que hay quienes tienen la firme intención que sea uno de ellos quién ocupe el sillón de Kicillof a partir del 10 de diciembre de 2023. En eso están trabajando fortaleciendo su liga, que se lanzará el próximo 21 de enero en el Partido de la Costa, reforzando el territorio y tendiendo puentes con diferentes sectores como El Movimiento Evita o la CGT. Están armando.
Cómo jugará Máximo Kirchner, por ahora es una incógnita. El hijo de la vicepresidenta, y presidente del PJ bonaerense tiene una aceitada alianza con el intendentismo, sin embargo, esa relación parece estar enfriada. La relación con Kicillof tiene también sus vaivenes. Lo que es seguro es que él no tiene aspiraciones electorales en territorio bonaerense como los intendentes y Kicillof. Su rol será más de árbitro de esas tensiones que de protagonista.
El peronismo se está armando serán meses en que cada sector seguirá construyendo su propio capital político para llegar lo mejor posicionado posible a la discusión grande con la candidatura a la gobernación como el premio mayor, pero también por las candidaturas legislativas y distritales.
En provincia máximo, en quilmes mayra al frente del PJ, son camporistas no peronistas y si no bajan la soberbia van a tener que comprarse una tabla y subir a la maldita ola amarilla. Pobre mi Quilmes