El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, tuvo un miércoles intenso que exhibe con claridad el momento que atraviesa al frente de la provincia más populosa y de mayor peso político del país. Mientras lidia con las negociaciones con la oposición de cara al inicio del año legislativo se esfuerza por contener a los propios. Al mismo tiempo, hace equilibrio entre las diferencias expuestas entre el presidente, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Reunión con diputados y senadores, la visita del Presidente y la reunión con CFK.
Kicillof reunió a legisladores del Frente de Todos en el Salón Dorado de la Gobernación. Al mediodía los senadores, a la tarde los diputados. El objetivo era contener. Los legisladores y legisladoras del oficialismo reclaman mayor articulación con el ejecutivo. El gobernador los recibió por más de tres horas a cada grupo, les explicó el plan 6×6, hablaron de obras, de economía, y escuchó una vez más el pedido de mayor diálogo entre los poderes. Le cuestionaron la falta de aviso cuando el mandatario visita distritos y descoordinación para el trabajo territorial y las obras.
Kicillof se comprometió a armar mesas de trabajo por sección electoral, volver a reunirse para tratar la agenda legislativa luego de la apertura de sesiones la semana que viene y aceitar una forma de trabajo más coordinada. El gobernador no tiene ningún representante propio en la legislatura, sus personas más cercanas son, en diputados, Carlos “Cuto” Moreno; y en el senado, Teresa García.
En simultáneo, Kicillof sigue de cerca las negociaciones con la oposición por el reparto de cargos que se dirimen a través de la legislatura. El objetivo del gobernador es lograr el acompañamiento para que se apruebe el pliego de Federico Thea para que presida el Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires. Se trata del organismo que audita las cuentas de los 135 municipios bonaerenses. El cargo, es vitalicio. De lograrlo, Kicillof dejaría en un lugar clave y de poder a una de sus personas más cercanas.
Sin embargo, la oposición pone reparos y empieza a dejar trascender que el nombre de Thea “no pasa”. Hay quienes creen, incluso, que no es una postura sólo de la oposición, sino que algunos sectores del Frente de Todos miran también a Thea con desconfianza para un cargo de tal magnitud. Sin embrago, el ejecutivo confía en obtener el puesto para el ex secretario General bonaerense atando a su designación los cargos en el directorio del Banco Provincia que espera aprobar la oposición en la legislatura en las próximas semanas.
Mientras tanto mantiene un delicado equilibrio en la guerra fría que mantiene el Presidente y la vice; o en su defecto el albertismo y el cristinismo. Este miércoles la ciudad de La Plata estuvo sacudida por la presencia de Alberto Fernández en el acto de normalización de JUP, agrupación apoyada por la platense Victoria Tolosa Paz. La actividad tensionó aún más el vínculo con La Cámpora, que no participa de la agrupación y decidió no participar del evento.
Antes de llegar a la UNLP, el Presidente, decidió visitar al gobernador. Llegó mientras Kicillof estaba terminando el encuentro con diputados después de tres largas horas de charlas. A esa misma hora el mandatario provincial tenía previsto, además, reunirse con la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en el Senado de la Nación. Sin embrago, lo recibió.
El encuentro duró unos minutos, hubo foto, y desde la gobernación dejaron trascender que hablaron de la paritaria docente, el inicio de clases y el cierre de la temporada el próximo fin de semana largo de carnaval. Se sacaron la foto y Kicillof puso en sus redes sociales que sigue “trabajando junto al gobierno nacional en la transformación de la Provincia”.
Inmediatamente, partió a su encuentro con Cristina Kirchner. En la previa al envío del entendimiento con el FMI, tras la reunión trascendió que ese fue el tema central entre la vice y Kicillof y que ambos coincidieron en que ambos coinciden también en que el ministro de Economía, Martín Guzmán debe ser más duro en la negociación con el staff del FMI. Va en línea con el planteo de Máximo Kirchner que derivó en su renuncia a la jefatura de bloque en diputados.