por Víctor Gullotta, escritor e historiador quilmeño*
Segunda parte de Quilmes, la ciudad indiana
¿Por qué no hubo “Ciudad Indiana” en el Escudo de Quilmes?
Por cierto, Quilmes tiene su Escudo determinado por Decreto Municipal del 27 de diciembre de 1944, sobre la base de un anverso grabado en una medalla que se le dio a los concejales e Intendentes como reconocimiento a sus servicios por una Ordenanza de 1914. La Junta de Estudios Históricos de aquel entonces, con influyente participación del historiador José Alcides Cravioto (9), su primer presidente, explicó los significados del actual blasón que nos preside.
Nosotros entendemos que Craviotto hizo un esfuerzo para ver en el Escudo aquello que no se visualiza, pues no hay ningún rasgo en él que nos remita a nuestro origen indígena, completamente olvidado en la medalla de 1914. Y que no se quiso replantear en 1944, momento de su creación, en vísperas de la asunción nacional del primer peronismo. El historiador se empeña en decir que el elemento “indígena” estaría representado en el fuego sobre la barranca, pues supone que ella, además del carácter geográfico de la costa, constituiría un altar de sacrificio, recordando el martirio eterno de la etnia. Cuando más bien, según creemos nosotros, ese fuego o llama hace alusión a la “luz” iluminista de la Razón, guía de viajeros y extraviados, un faro, un orgullo del vencedor moderno y de cara la Ciudad pura. Probablemente además realice un guiño indirecto a la masonería, tan afecta a la heráldica con ese tipo de símbolos. No se dibuja, por ejemplo, ninguna cruz que, si bien no está asociada propiamente a lo indio, la Reducción fue fundada como “Exaltación de la Cruz” desde su creación hispano católica y virreinal. En todo caso, el Escudo se limitó a un difuso “altar” de otra especie, con una llama votiva sobre él. Es muy difícil unir esta “luz” con la etnia Quilmes desaparecida porque no había habido en todo el periodo entre 1914 la 1944 intención de recuperarlos en su auténtica dimensión. Por lo tanto, la asociación de la llama con la eternidad de la etnia es, a nuestro modo de ver, muy forzada. Es decir, la Ciudad, que en 1914 estaba en vísperas de ser declarada como tal, de Indiana, nada, y en 1944, cuando recién comenzaban tibiamente los estudios sobre la Reducción en el territorio, tampoco.
¿Cómo fue tratado lo Indiano en la Bandera de Quilmes?
Posteriormente, el 14 de agosto de 2014, se proclama también la creación de la Bandera del Distrito, dibujada por una alumna de 5to Grado, y después de un Concurso amplio realizado entre alumnos de varias escuelas de niños y adolescentes. Aquí ya se puede ver una combinación de elementos que nos acercan más a la verdad y a la integración histórica, puesto que la mitad de ella es la cara de un indio Kilme, de rasgos suaves que diluirían la fiereza de su naturaleza combativa, con vincha representando icónicamente a la serpiente, propio de los diaguitas en el Valle Calchaquí, y plumas. Lo sorprendente es el ojo “celeste” del indio con el cual se quiso mostrar que somos la mezcla con la “inmigración”, una manera infantil de referirse a lo de afuera y no a lo de adentro, que está en lo profundo del subliminal popular luego de tanta educación sarmientina, desde ya no bien ajustada a los hechos históricos locales. Porque siendo una Bandera de Quilmes y para Quilmes es preciso advertir que lo indígena aquí no se mezcló con la inmigración, no se permitió; la Reducción fue cerrada a todo tipo de viajeros que se quisieran instalar en ella. Ese control, aunque tal vez no del todo efectivo, fue estricto.
Más bien el “Pueblo” de Quilmes comenzó en su gran mayoría con criollos de ascendencia hispana (ver la asignación de chacras en el Plano de Mesura de 1818). Las olas inmigratorias corresponden en la localidad a otras épocas históricas, lo que genera una confusión que no ayuda a comprender el fenómeno indio y tampoco el fenómeno inmigratorio. Lo indio, en la Bandera, se sostiene en los adornos, y el componente extranjero en lo cromosómico dentro del cuerpo del indio, el “ojo celeste”. Lo criollo no se expresa. En la Bandera el mestizaje del componente indio con lo extranjero se expone como directo, en el ojo “celeste”, sin pasar por el largo periodo criollo, relativamente puro, que fue Quilmes como “Pueblo” (o Ciudad, en sentido amplio) desde su nacimiento en 1812 a 1865/70 aproximadamente. El barco de la otra mitad de la Bandera es la nave del Alte. Brown en el Combate de Quilmes contra la Escuadra Imperial brasileña. Nosotros creemos que, a medida que pasen los años, se verá con mayor perspectiva que esta composición de la icónica de la Bandera Local estuvo impulsada por una recuperación del elemento indígena que todavía no sabe qué hacer, o cómo comprender, todo lo anterior y lo que vino después de su ruptura en 1812.
Dicho sea de paso, y como subrayó hace muy poco el historiador social y politólogo amigo Jorge Márquez, se da el multifacético caso que el Aniversario de Quilmes se “festeja” cada 14 de agosto, fecha de extinción de la Aldea indígena llamada “Pueblo de los Kilmes”, según referencia y fecha del decreto de Rivadavia de 1812, hecho que debiera ser más conmemorativo que celebratorio. Al mismo tiempo, en esa fecha, se recuerda la creación del “Pueblo” que será en adelante definitivamente de “Quilmes”, con la gramática española sin la carga prusiana de la “K”. Festejo de “extinción” y “creación” no parecen ser muy compatibles entre sí, aunque eso le sucede al mito del Ave Fénix, que renace de sus cenizas. Pero también, como si no fuera suficiente, se recuerda que es la fecha de la “fundación” de la propia Reducción en 1666, por la cual este último “Pueblo” de Quilmes incorpora la vieja antigüedad de Kilmes, hecho que decidieron por convención los concejales municipales según Ordenanza del año 1935 (10), ignorando la posibilidad cierta que su fundación haya sido el 14 de setiembre de 1666.
Conclusión provisoria
Evidentemente, no hay una nueva “Ciudad Indiana” en sentido estricto”. Pero lo indígena todavía sigue expresándose en el territorio. Está en los pobres, en los desamparados, en los excluidos, en los bolsones de miseria, en los rancheríos excluidos de la periferia, en los diversos sentidos de la discriminación, del olvido, y del ocultamiento, de un gran Partido que debe decidirse a elevar a todos a los bienes de una Ciudad, casi la más antigua de la Provincia, y la quinta en el orden demográfico. Como vemos, la Cultura, todavía tiene mucho por hacer, revisar y aportar.
(9) Craviotto, José A, “El Escudo de Quilmes en la Medalla”, separata del Boletín Nro. 8 del Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades, Buenos Aires, 1960.
(10) Márquez, Jorge, Efemérides de Quilmes, 14 de agosto Día de Quilmes. https://youtu.be/glErJkdUm8E