Mayra entre las redes

(Por Christian Skrilec)

Una de las características de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, es el buen manejo de las redes sociales, a las que utiliza como parte de su arsenal comunicativo, conectando imagen personal, gestión y militancia. Lo realizó con éxito desde la Cámara de Diputados, y también durante la campaña, pero a la hora de gobernar, la cosa cambia.

Si bien conceptualmente Mendoza no parece sufrir del aturdimiento  que provocaban las redes sociales en Cambiemos, su gobierno y ella misma mostraron en estos cuarenta días, que les faltó blindaje, o la resistencia suficiente para aguantar el juego que proponen esas redes.

A fines de la semana pasada, el tema del tránsito y el acarreo de vehículos comenzaron a copar las redes y los foros de vecinos. Está claro que el gobierno se equivocó, porque omitió el desorden al que las diferentes gestiones acostumbraron al vecino en los últimos 12 años, permitiendo estacionar casi sin restricciones en el centro de la ciudad, y decidió corregirlo de un día para el otro látigo en mano (léase “látigo” a la combinación grúa, acarreo y multa).  No hubo publicidad del nuevo ordenamiento, ni advertencia, ni preventores de tránsito, ni explicaciones.  Los vecinos reaccionaron en las redes sociales y en los foros vecinales. A partir de ello el gobierno decidió guardarse el látigo en el bolsillo, retroceder en la medida y volverse cauteloso.

La pregunta en este caso, es qué pasará cuando el gobierno no se equivoque, efectúe las acciones correctas que requiere el ordenamiento de tránsito, e igualmente tenga resistencias vecinales. No existen las medidas de gobierno que conformen a todo el mundo.

Otro caso interesante ocurrió el fin de semana, cuando en las redes, twitter e Instagram fundamentalmente, se publicó el supuesto sueldo de la Intendenta. Las consecuentes críticas y agresiones desatadas por los participantes no tardaron en aparecer. Mendoza respondió con la imagen de un portal de internet que el año pasado había publicado que el ex intendente Molina cobraba 500 mil pesos. El problema está no sólo en la inexactitud que tuvo entonces la nota sobre el salario de Molina, sino que además, en ese mismo portal, se había criticado duramente a la Intendenta por su salario actual una semana atrás. Como si esto fuera poco, ese fue el mismo portal que durante la campaña del año pasado publicó una durísima nota contra Mayra, a la que su entorno calificó como una “operación de prensa”.  Está claro que la herramienta defensiva fue inadecuada.

Estos ejemplos demuestran cierta falta de tolerancia a los ataques en las redes, que suelen motivar reacciones emocionales en los afectados. Además, la opinión publicada (diría Cristina Kirchner) en las redes sociales, no puede condicionar las acciones de la gestión de gobierno.

En este marco, también pueden volver a analizarse algunos hechos del pasado inmediato, como el caso de Oly. Ricardo “Oly” Arguello es un referente político del barrio La Paz acostumbrado a las prácticas punteriles y devenido en youtuber. Sus videos hogareños publicados en Facebook y viralizados en todos los dispositivos, donde Oly denostaba la figura de varios funcionarios de la gestión Mendoza, aunque se mostraba respetuoso de la Intendenta, le resultaron efectivos. Su actual silencio parece directamente relacionado con el otorgamiento de un puñado de contratos, que Oly asignó generosamente a sus parientes.

Esto recién empieza, y en una ciudad partida social, económica y políticamente, será muy difícil lograr el consenso. Los vecinos, los militantes, los empresarios, y cualquiera de los actores sociales, están propensos a tomar posición del lado de su conveniencia antes de razonar sobre la eficacia de una medida o acción de gobierno. Sus reacciones negativas y sus críticas, llegarán a las redes como un tsunami alimentado por el motor de la militancia opositora.

Dejarse atrapar por las redes, es tan peligroso como ignorarlas.

Gracias por leer.