En dos semanas, la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires participó de tres actividades con el Presidente de la Nación. Poco después de anunciar que no desdoblará las elecciones, salió a caminar La Matanza con la primera dama, Juliana Awada. María Eugenia Vidal parece tener una doblar tarea, además de competir por la provincia deberá estar al frente de la campaña nacional.
Ya no se ocultan los bajos números de Mauricio Macri en todas las encuestas. La crisis económica hizo que el repunte de su imagen que había conseguido en 2017 se desplome enormemente en 2018 y llegue al año electoral con la peor consideración de su gestión. Mientras, y a pesar que también se vio afectada por el traslado de las culpas, Vidal sigue siendo la dirigente con mejor imagen del oficialismo.
Parece que para Nación no alcanza con que la Gobernadora compita en la misma boleta que el Presidente, la Mandataria bonaerense estuvo en tres fotos con Macri en las últimas dos semanas. El 23 de enero compartieron un acto, por primera vez luego de un mes, en Suipacha. Fue el inicio de una seguidilla.
Dos días después estuvieron en Ezeiza con chicos de las escuelas de verano y, nuevamente, el 28 tuvieron una foto juntos, inaugurando obras en un hospital en Mar del Plata.
Como si no fuera poco, Vidal ayer compartió una actividad en Puerta de Hierro, en La Matanza, con la primera dama Juliana Awada. Desde Nación parecen exprimir a la Gobernadora lo más posible, esperando un posible traslado de votos y cambiarla imagen del presidente, mientras que la que sufre es ella.
A pesar que llevan tres años en el Gobierno, el Peronismo insiste con la campaña «Vidal es Macri» tratando despegar a la Mandataria a la pésima imagen en el territorio bonaerense del Presidente. Sin embargo, hace más mella en la Gobernadora la defensa de las políticas nacionales que las acusaciones de la oposición.