(Por Christian Skrilec)
En la superficie de los principales cráneos de la gestión de gobierno quilmeña flota una idea inapelable, de características fundacionales, y en la que todo el oficialismo no duda en estar de acuerdo: “Durante este año no podemos hacer cagadas”.
La estrategia elemental de no equivocarse en un año electoral no parece gran cosa, pero con los antecedentes del gobierno, conducirse sin errores hasta las elecciones puede significar una modificación sustantiva.
La idea de no equivocarse se funda en los antecedentes que la gestión construyó durante sus tres años de gobierno, en general, siempre se cambió para peor. Es más, uno podría animarse a afirmar que el primer gabinete de Molina, era el mejor de todos los que pudo conformar. Repasemos: el ahora diputado provincial Guillermo Sánchez Sterli en la Jefatura de Gabinete (excluimos a Ariel López porque visitó un par de veces su despacho y rápidamente tuvo que marcharse a su merecida jubilación); el actual diputado provincial Fernando Pérez en la secretaría de Gobierno; Mariano Martinelli en Hacienda; la doctora Elizabeth Barbi en Salud; María Ángeles Sotolano en Desarrollo Social; el concejal Guillermo Galetto en la secretaría Privada; Carlos Ortiz en Obras Públicas y Darío Iezzi en la secretaría de Servicios Públicos, ambos expulsados de Quilmes, hoy juegan un papel destacado en Lanús al comando del Intendente Grindetti.
Pese a la inexperiencia de algunos casos, las ambiciones desmedidas de otros, y la mala influencia de actores externos vinculados a Martiniano, ese gabinete era claramente superior a todo lo que se armó después, y con potencial político y administrativo para convertir a la gestión Molina en exitosa. Pero no, pasaron cosas (diría el presidente Macri), y el armado se cayó.
Molina terminó el año pasado con un nuevo cambio de gabinete, tratando de darle una mayor orientación política a la gestión, con la esperanza de que no sea tarde. Aunque el margen de los tiempos electorales es demasiado angosto, y la dependencia de los gobiernos nacional y provincial se ha vuelto excesiva.
No obstante a ello, montado en su persistente buena imagen, el Intendente está dispuesto a dar pelea. Tanto es así que la semana pasada, en su casa de la ribera, asó unos lomitos para unos cincuenta invitados que tuvieron que llevar la bebida, y dio inicio a unas serie de reuniones que podríamos calificar como “encuentros de motivación electoral”. Durante la reunión, Martiniano se mostró agradecido con los que colaboraron y con los que colaboran con su experiencia política, y habló convencido de su aspiración reeleccionista. También hablaron el presidente del Concejo Deliberante Juan Bernasconi, el concejal Guillermo Galetto, el titular del Anses de Bernal Carlos Muratore, el diputado Sánchez Sterli, entre otros. Las diferentes fuentes consultadas, ante la requisitoria para que mencionaran una frase que les hubiera llamado la atención de cualquiera de las alocuciones, coincidieron en que “ninguna”, aunque si hubo coincidencia en calificar el discurso de Ileana Lingua (directora general de Políticas de Género) como el más dilatado y aburrido de todos.
En este marco es donde la estrategia de esquivar el yerro se vuelve clave. Los cambios que quedan pendientes, se especula fuertemente con modificaciones terminales en Servicios Públicos, no pueden ser traumáticos. En la mencionada reunión no estuvieron presentes el titular del área Sergio Chomyszyn, ni sus segundos Brian Neyla y Nicolás Monteagudo, lo que se leyó como un gesto de disconformidad ante los cambios que se mencionan, o bien podrían estar de vacaciones gastando sin límites las incontables horas extras que le hicieron facturar a sus parientes amigos y militantes durante el 2018. También se mencionan cambios en el Concejo Deliberante, el Consejo Escolar, y quien sabe en qué otra cosa. Aunque los rumores hacen temer que podrían volver a “errarle al vizcachazo”.
En síntesis, como argumentaremos en próximas ediciones, Martiniano tiene chances de ser reelecto y mantenerse en el poder local, tanto por circunstancias propias como factores externos. Eso sí, es absolutamente necesario apegarse a la estrategia y no hacer ninguna cagada más.
Gracias por leer.
*Publicado en la edición Nro. 917 del semanario “El suburbano”.