El contexto social es preocupante. La última encuesta sobre la pobreza que presentó la Universidad Católica Argentina (UCA) muestra que un 55 por ciento de la población está bajo la línea de la pobreza, cerca de 25 millones de personas; y el 17 por ciento en la indigencia (7,8 millones). Los valores de inseguridad alimentaria para el área metropolitana superan el 26 por ciento. Así, mientras la Ciudad de Buenos Aires comenzó una política de expulsión de personas en situación de calle, en el Conurbano bonaerense parecen verse cada vez más.
«En la vida cotidiana lo que se ve es que se agravó muchísimo. Los domingos a la tarde hacemos una merienda hablando con otras organizaciones es terrible lo está pasando pero era esperable», consideró Jonatan Zain, voluntario y vecino de Lomas de Zamora, quien contó a El Termómetro lo que ve en su experiencia en la calle: «Hay mas gente pidiendo comida y las situaciones son mas graves, hay mas violencia, mas dificultades para acceder a la salud, el trabajo, las changas son mas difíciles de conseguir y no te alcanza para nada».
Para Sabrina Cicchelli, voluntaria que integró el Censo Sur que hace unos años hizo un relevamiento de la personas que viven en situación de calle en Lanús y Lomas de Zamora, contó que «día a día vemos un aumento de personas en situación de calle» y puso como ejemplo a una organización que reparte viandas en la Estación de trenes de Lomas: «pasó de entregar 80 viandas a 150 o 200 por semana».
Si bien no hay datos oficiales, el Censo Sur había dado un parámetro de la situación a 2020. «Los datos que dio el Censo Sur cuando lo realizamos era más de 1200 personas en riesgo de situación de calle; y 86 y 89 personas en situación de calle efectiva en Lomas de Zamora y Lanús, respectivamente», detalló Ciccheli, quien sostiene que hay evidencia para creer que esos números aumentaron.
Una explicación está en el último informe de la UCA que cita que «al considerar el AMBA, los valores de inseguridad alimentaria total se ubican en el 26,4% de las personas, el 21,8% de los hogares y el 35% de Niñas, Niños y Adolescentes. Al considerar la inseguridad alimentaria severa se ubican en 9,9%, 12,7% y 16,5%, respectivamente”, y aclaran que “los elevados valores de privaciones alimentarias que sufre la población tratan de ser compensados con acciones realizadas desde los diferentes niveles del Estado».
Algunos municipios de la zona lanzaron los Operativo Frío, con la llegada de las bajas temperaturas de mayo, como fue le caso de Almirante Brown. O Berazategui que lanzó la campaña Abrigando Sueños, con el objetivo de recolectar ropa de abrigo, retazos de tela polar y lana para confeccionar bufandas y mantas que se enviarán a instituciones y establecimientos educativos. Pero no siempre el Estado colabora.
Uno de los cambios central es en el último tiempo fue la política agresiva que tomó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con las personas en situación de calle. Bajo un concepto de limpieza, las fuerzas de seguridad comenzaron a levantar personas que dormía en distintos puntos de la ciudad. El secretario de seguridad porteño, Diego Kravetz justificó el accionar al sostener que «más de la mitad de las personas que viven en la calle tienen antecedentes penales».
«En la Ciudad de Buenos Aires hay violencia estatal, en el conurbano bonaerense hay mas gente es situación de calle porque son desplazados de la Capital», denunció Zain y contó que es parte de lo que habla con la gente que asiste: «El domingo lo charlamos con los compañeros y nos decían que hay mucha mas gente porque vienen de Capital, lo comentaban los que viven en situación de calle. Está pasando».
Como muestran los datos del Censo Sur, la situación en el territorio bonaerense no se terminaba en no tener donde dormir: «Es cierto que la situación de calle en el conurbano es menor en las afueras que en los centros de la ciudad, pero la situación de calle no es solo la falta de techo. También esta la falta de seguridad habitacional, física y jurídica. Se configuran un montón de situaciones que no son de calle efectiva pero son situaciones de extrema precariedad, el techo es simbólico en muchas situaciones pero la problemática es mucho mas grande», agregó el voluntario.
A pesar del contexto, la solidaridad se mantiene aunque no alcance: «Tengo esperanzas de que la ayuda crezca en situaciones así críticas como la que atravesamos hace seis meses, y que todos colaboren un poco más. Los que tenemos ese animo también estamos un poco mas apretados, colaboración siempre hay, de los que dan un poco de tu tiempo, pero con el voluntarismo no alcanza, necesitamos un poco mas que voluntarios, hay que hacer replanteos grandes, hay cosas que veníamos mal y hay que cambiar, no se si ahora es el momento que hay que aguantar y resistir este embate que es terrible pero con el voluntrismo no alcanza», consideró Zain.