Por Ezequiel González
Parece aventurado auspiciar una victoria de quien en las primarias quedó como tercera fuerza y que el primer día después de las PASO devaluó la moneda un 20 por ciento, ajustando salarios y empujando la inflación. Aún así, en una elección que no está para nada definida el actual ministro de Economía, Sergio Massa, puede ser el próximo presidente electo de la Argentina, si se dan una serie de circunstancias.
Con algunos puntos menos, la elección del peronismo estuvo dentro de los parámetros esperados. Es el caudal de votos más bajo de la historia para el Partido Justicialista unido, un record que vuelve a batir luego de 2021. La crisis económica que nunca pudo controlar la gestión de Alberto Fernández, la inflación alcista que rompe techos año tras año, la devaluación de la moneda y la fragilidad que expuso el Gobierno en los últimos quince días, así como una semana trágica, plagada de asesinatos y un Estado que no da respuesta, dibujan un escenario donde parece difícil imaginar a un oficialismo muy por encima del porcentaje obtenido.
Aún así, Unión por la Patria quedó cerca de entrar a un ballotage en una elección que se muestra abierta. A diferencia de lo que las PASO presidenciales habían generado hasta ahora, la elección de tercios (que bien adelantó Cristina Fernández de Kirchner, aunque en otro contexto) abre la puerta a una nueva campaña que podría permitirlo, si el Gobierno, la alianza y el candidato trabajan para ello.
Primero que nada, la única opción de Sergio Massa para ser presidente parece ser llegar a un ballotage contra Javier Milei, el otro escenario es de derrota. Esto implicaría quedar primero o segundo en la elección general de octubre, algo que a pesar de todo lo dicho es posible si Massa sabe donde ir a buscar los votos:
- Los que no votaron: La participación más baja en una PASO presidencial desde que se instauraron en 2011 abre la puerta a ir a buscar a muchos de los que se quedaron en su casa. Posiblemente la participación en octubre no llegue a rondar el 80 por ciento como en los comicios de 2019, pero si podría estar en el 75 y ya ahí hay alrededor de 6 puntos en votos para intentar traer para su molino. En todas las elecciones generales sube y ese sería un número esperable.
- Los votos de Larreta: Si Unión por la Patria quiere tener una esperanza de continuar en el poder debe busca ampliar su base de votantes. No alcanza con el núcleo duró, eso quedó demostrado. En la interna de Juntos por el Cambio hay donde ir a buscar. Por sus formas y la campaña antigrieta que realizó, Horacio Rodríguez Larreta apuntó a un público moderado, no necesariamente de extremos. Será difícil para Patricia Bullrich poder acercarse a ese sector sin perder por derecha. La potente elección de Milei la obliga a sostenerse en el discurso de combate. Massa con un perfil muy parecido a Larreta debe salir a convencer a ese sector.
- La presencia de CFK: Otro análisis rápido de los resultados de la elección del este domingo es que la ausencia de Cristina Fernández de Kirchner le pasó factura a su espacio. La presencia de la vicepresidenta podría garantizar retener los votos que aportó Juan Grabois a la alianza y quizás hasta robar alguno que se haya podido ir con Milei. Entre los encuestadores creció la impresión (con los resultados a la vista) que ese espécimen raro «Voto a CFK sino puedo voto a Milei», existe y no es tan raro finalmente. Una campaña presente podría ordenar algunas voluntades.
- Poner a trabajar a los Gobernadores: Donde hubo elecciones provinciales este domingo el peronismo hizo una elección esperada. En Provincia de Buenos Aires Massa fue el más votado, lo mismo en Catamarca, nadie esperaba que saquen más del 20 por ciento en CABA y eso hicieron; y si bien fue una sorpresa, quedaron segundos en Santa Cruz, detrás de Milei. Es decir, donde el aparato provincial participó de la elección el resultado del peronismo fue mejor que el promedio. Habiendo desdoblado sus elecciones, los gobernadores peronistas, claramente, no participaron de esta campaña ni de la elección del domingo. El país se tiñó de violeta. Eso debe cambiar.
- Dejar de dar malas noticias: La más difícil, más cuando el primer día después de las PASO devaluó un 20 por ciento la moneda, pero el Ministro de Economía y candidato tiene que empezar a tomar medidas que alivianen las penas de un pueblo que pasa hambre y no llega a fin de mes.
Posiblemente si llegan a dar alguna de estas especulaciones Unión por la Patria pueda volverse competitivo. Pero como ya aclaramos, ese único tiro que tiene Sergio Massa es enfrentando a Javier Milei en un ballotage ¿Por qué? Porque la postura históricamente de centro de Massa le podría permitir ser el moderado en la discusión. El economista liberal logró captar un enorme voto bronca pero como ya demostró un estudio de Zuban Córdoba y Asoc., su figura atrae pero sus ideas no. Cuando en su encuesta de junio consultaron por alguna de las propuestas de Milei, a aquellos que decían votarlo, recibían un fuerte rechazo, ya sea en la privatización de la educación y la salud, como en otras más extremas como autorizar la venta de órganos o niños.
Ese contexto pondría a varios sectores de la oposición, como a la Unión Cívica Radical, en una encerrona. En un ballotage Massa-Milei tendrían que votar entre la continuidad del peronismo o llevar al gobierno a un dirigente que públicamente dijo que los detesta. Los votos de Juntos por el Cambio podrían partirse. Y tomando nota del discurso del candidato peronista horas después de conocerse los resultados también es posible que crezca y se focalice lo que en algún momento se conoció como «la campaña del miedo» (que no tuvo éxito ni contra Macri, ni cuando Macri la aplicó ante la vuelta del kirchnerismo).
En cambio, si el que se cae a lo largo de los próximos dos meses es Milei, y se da un ballotage con Juntos por el Cambio, la cuenta parece ser muchísimo más difícil para el peronismo. Las PASO mostró que entre las dos fuerzas de derecha obtuvieron casi un 60 por ciento de los votos y si bien podría aspirar a quedarse con un paquete de votantes del libertario, ser oficialismo es hoy un lastre y una ventaja comparativa para la oposición, ante la pésima gestión.
Massa tiene un único tiro, llegar a un ballotage contra Javier Milei. Así podría ser Presidente de la Nación, su gran anhelo. Es difícil, muy difícil, pero no imposible.