Luego de 28 años, la Justicia condenó a 25 años de prisión a los siete policías involucrados en el hecho que se conoció como la «Masacre de Wilde», el emblemático caso de gatillo fácil, ocurrido en 1994, en el que fueron asesinados cuatro hombres y otro resultó herido.
Esta mañana se conoció la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora por el juicio que comenzó a mediados de octubre contra los excomisarios Roberto Mantel y Eduardo Gómez, los exoficiales Osvaldo Lorenzón, el exsubteniente Pablo Dudek, los exoficiales Julio Gatto y Marcelo Valenga, y el excabo Marcos Rodríguez, quienes fueron encontrados culpables como coautores del delito de «homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, reiterado, cuatro hechos y homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas un hecho en grado en tentativa todos en concurso real entre sí».
Los magistrados dispusieron además que cuando el fallo quede firme los siete condenados sean detenidos. Habían llegado al juicio en libertad.
En diálogo con la agencia Telam, Raquel Gazzanego, viuda de Edgadro Citutín, una de las víctimas de la «Masacre de Wilde» opinó del veredicto: «Cuando escuché 25 años, me lamenté porque no fue perpetua. Pero cuando terminaron de leer, razoné que es lo máximo que les pueden dar por homicidio. Por la edad que tienen, sabemos que van a morir presos. Esperemos que no les den prisión domiciliaria».
La “Masacre de Wilde” ocurrió el 10 de enero de 1994 y tuvo como víctimas al remisero Corbo y a sus pasajeros, Mendoza y Bielsa, quienes viajaban a bordo de un Peugeot 505, y al vendedor de libros Cicutín, que se trasladaba en un Dodge 1500, conducido por Díaz, el único que sobrevivió al ataque.
Los cinco fueron atacados a tiros por efectivos de la Brigada de Investigaciones de Lanús que, al parecer, los confundieron con delincuentes y les dispararon cerca de 200 veces. Todos los ex efectivos afrontaron cargos por los delitos de “cuádruple homicidio simple» y un «homicidio simple en grado de tentativa”, por la única víctima del ataque que sobrevivió.