Por Leonel Manganielo
Para muchos las PASO fueron una sorpresa (grata para algunos, desafortunada para otros) y al Frente de Todos le trajo más de un dolor de cabeza, incluso en los territorios donde en el pasado reciente supo imponerse con un amplio margen cómo en Avellaneda.
En la última elección, la del 2019, la lista encabezada por Jorge Ferraresi sacó el 60 por ciento de los votos y duplicó a su adversario, Luis Otero, quien representó a Juntos por el Cambio. Sin embargo, en las primarias de este año la diferencia fue solo de siete puntos, lo que encendió más de una alarma.
Justamente esta es la primera salvedad que señalan desde el oficialismo para explicar el resultado, ya que sostienen que la comparación debería darse con el 2017, cuando fue la última legislativa, ya que en estas elecciones suele haber una mayor dispersión de votos. En ese año, la diferencia fue aún menor, ya que sólo cinco puntos separaron al oficialismo de la oposición.
Sin embargo, el peronismo local esperaba una mejor elección y pese a ésta comparación hubo preocupación por los números de las primarias. Uno de los motivos que se encuentran es la situación económica que atraviesa el país, es innegable que la pandemia dejó distintas secuelas no solo sanitarias y la inflación más la difícil tarea de encontrar trabajo, fueron un ancla difícil de levantar para el Gobierno y eso repercutió en todas las listas.
Conscientes del difícil momento económico, desde el Gobierno esperaban que la gente “valore” más todo el trabajo en materia sanitaria que se realizó desde la llegada del Covid-19, y que eso iba a pesar más que el bolsillo, cuestión que no sucedió.
También desde el oficialismo reconocen que la jugada de Juntos de ir a la interna les jugó de manera favorable y logró un movimiento en la campaña que no tuvo el FDT cómo en otras ocasiones donde fue mucho mayor el despliegue de la militancia en las calles y los actos tuvieron otro volumen.
Este es un panorama que se repite en muchos otros distritos del bastión del peronismo que es la Tercera, sin embargo, no en todas las comunas Frente de Todos tuvo una merma tan grande de votos. En el caso de Avellaneda hay otro factor que señalan desde algunos sectores cómo una de las causas del resultado y es que quienes quedaron afuera del armado optaron por no acompañar al Gobierno, por lo menos al local. Cabe destacar que el rector de la Undav, Jorge Calzoni, advirtió que si no los dejaban participar en una interna, los votos de las distintas agrupaciones no alineadas al armado de Ferraresi no iban a estar adentro.
Una de las preguntas lógicas es sí la imagen de la jefa de Gabinete y cabeza de lista, Magdalena Sierra, no logró el impacto que se buscaba. Sin embargo, desde la comuna creen que si bien no es lo mismo que en la boleta esté o no la cara de Ferraresi, son los demás factores los que determinaron en mayor medida el curso de las PASO.
¿Y ahora?
Ya con las primarias atrás y con el reacomodamiento del Gobierno Nacional y Provincial, en Avellaneda se preparan para noviembre todavía con cautela. El poco clima electoral que se vive en las calles y con el virus todavía entre nosotros, desde el oficialismo van a esperar a los últimos 15 días para sacar la maquinaria a la calle.
Eso no significa que mientras tanto no haya actividad, con el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat a la cabeza, la comuna se convirtió en anfitriona de distintos actos de gobierno y en las últimas dos semanas pasaron los viejos y nuevos funcionarios por el distrito para resaltar el labor que realiza el ejecutivo. Además, el propio Alberto Fernández luego de uno de los recorridos que está realizando en la Provincia, participó de un plenario local para devolverle a Ferraresi el apoyo que siempre le brindó al presidente en las crisis del Gobierno nacional.
Para pensar en noviembre se armó una mesa chica de campaña con la gente de confianza del ministro integrada entre otros por Sierra, el presidente del Concejo, Hugo Barrueco, y Pablo Vera, quien recientemente renunció a la Dirección Nacional de la Lucha contra el Narcotráfico.
A la hora de pensar en las generales, uno de los puntos que se analizan es la cantidad de personas que no fueron a votar y en Avellaneda creen que al ser parejo el porcentaje de ausentes en los distintos sectores, hay un mayor caudal en las periferias, donde al peronismo le suele ir mejor y eso va a traer una mejora en los números finales (Algo que también esperan en otros distritos). Por eso va a haber un enfoque en ir a buscar esos votos.
Con la creencia de que más gente va a ir a votar, sumado a una posible situación sanitaria mejor, a la expectativa de cómo tome la sociedad los cambios y las nuevas medidas económicas y con la búsqueda de captar los votos peronistas que se fueron a otras listas cómo las de Guillermo Moreno y Florencio Randazzo, el oficialismo de Avellaneda comienza a planificar el camino de cara al 14 de noviembre.