(Por Christian Skrilec)
Finalmente ocurrió, el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi asumirá como Ministro en el gobierno Nacional. Como lo anticipara este medio a comienzos de semana, ocupará el lugar que deja vacante María Eugenia Bielsa en la cartera de Desarrollo Territorial y Hábitat.
La sorpresa no fue tan grande, más cuando el nombre de Ferraresi se coló en el paquete de ministeriables desde el triunfo electoral del Frente de Todos en octubre del año pasado. Pero la designación se postergó, el intendente elegido por Alberto Fernández para la cartera que deseaba Ferraresi, Obras Públicas, fue Katopodis. Luego, era un nombre cantado para el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, pero Kicillof se cerró sobre los suyos y apenas hubo un espacio importante para que un hombre de Ferraresi se ocupara de la Infraestructura Escolar de la Provincia.
Por eso es que no sorprende, porque siempre tuvo chances de ser Ministro, sea Nacional o Provincial, y esas chances, nos las consiguió exclusivamente por ser el “alma mater” del Instituto Patria, sino por ser un administrador de gestión elogiado por todos los sectores de la política bonaerense.
Es increíble como la mayoría de los medios nacionales están atrapados en la grieta que ellos mismos cavaron, y se empeñan en mostrar sólo los aspectos que les conviene del intendente de Avellaneda. Los opositores sólo parecen recordar su último acto de asunción y el juramento por “Perón, Néstor y la demostrada lealtad a Cristina” ante un puñado de niños en edad escolar, o su reconocimiento a Chávez y a Venezuela, o la estatua de Néstor Kirchner a la entrada de la Municipalidad. Mientras que el aparato oficialista menguante habla de él como un Intendente brillante e inmaculado.
Todo es, en parte cierto. Sin duda lo es su kirchnerismo duro y su cristinismo acérrimo. Pero también es cierto que Ferraresi se convirtió en un intendente elogiable, para los que no lo saben, hay que mencionar algunos puntos que son claves: Ferraresi modificó el sistema de recaudación municipal convirtiendo a Avellaneda en el tercer distrito más rico del conurbano, después de San Isidro y Vicente López. Esto le permitió ser de los pocos municipios que no dependen de la dádiva provincial o nacional para gobernar. Tiene el record de obra pública solventada con fondos municipales, destacándose la infraestructura escolar y la construcción de nuevas escuelas, así como la construcción de nuevas viviendas. Las calidades del espacio público en Avellaneda crecieron en los últimos años a un ritmo desconocido para el resto de la tercera sección electoral. Y así podríamos seguir, y demostrar que detrás de su designación hay una trayectoria de gestión para avalarlo.
Obviamente que el combo es completo, y hay otra cara de la moneda. Como buen “Barón del Conurbano”, a Ferraresi lo incomoda la institucionalidad, la transparencia de los actos de gobierno, el acceso a la información pública, el trato con la prensa, la relación con los sindicatos que lo cuestionan, y ni que hablar de los opositores. Esto, más su kirchenrismo a ultranza y la rigidez de su muñeca política, son suficiente argumento para desacreditarlo y condenarlo.
En síntesis, para los desconocedores consuetudinarios y reiterativos de la realidad bonaerense y sus personajes, hay que decir que es muy probable que Jorge Ferraresi haga una gestión de calidad al frente del Ministerio en el que fue designado, pero no hay que descartar que se saque una foto con Nicolás Maduro si visita la Argentina.
Gracias por leer.