Por Jonatan Konfino (Medico, docente universitario e investigador. IDEAL Quilmes)
El abrazo que la comunidad le dio al Hospital El Cruce Néstor Kirchner puso nuevamente en la agenda el deterioro de la salud pública en la Provincia. El fallido recorte presupuestario se da en el marco de la disputa del sentido común que pretende que se conciba a la salud como una mercancía, solo al alcance de quienes puedan pagarla.
Quilmes no es ajeno a este retroceso. Hace algunas semanas fuimos testigos de la falta de insulina en el Hospital Iriarte, dejando a la deriva la salud de los diabéticos, evidenciando un panorama que se repite en las unidades sanitarias donde cada día se dificulta más el acceso a medicamentos esenciales.
Esto se debe entre otras cosas a la mala gestión sanitaria nacional y provincial pero también a la incapacidad y falta de reflejos del Municipio de Quilmes para asumir con fondos locales los faltantes para garantizarles la salud a sus ciudadanos.
El 18 de junio se presento el proyecto Red AMBA con la promesa de fortalecer la estrategia de atención primaria a través del mejoramiento edilicio de los centros de salud y la situación salarial de los equipos de salud. Si bien nace de un diagnostico adecuado sobre la urgente necesidad de mejorar la atención sanitaria en los barrios es necesario advertir que, con la misma lógica de traspaso del SAME, el municipio deberá afrontar presupuestariamente el ambicioso plan de manera creciente en los próximos años. Si no se garantiza su sostenibilidad en el tiempo, como se dice en el barrio, será pan para hoy y hambre para mañana.
El deterioro de la atención en las salitas de los barrios se evidencio en el “Estudio de Opinión Pública” de IDEAL donde se observaba que el 50% de la población opinaba negativamente de la atención recibida.
Por todo esto la tasa de mortalidad infantil aumentó en 2016 –último dato disponible- (11,4 por mil nacidos vivos) luego de 4 años consecutivos de descensos. Si bien el aumento es leve y no podemos aún hablar de alguna tendencia, merece prestarle atención por el contexto en el que ocurre y porque también está sucediendo en otras jurisdicciones.
Lamentablemente no hay perspectivas de que la situación vaya a mejorar, entre otras cosas, porque el presupuesto para salud en 2018 se reduce en -0,84 puntos (en 2017 el representaba el 8,79% del presupuesto, pasando en 2018 al 7,95%). El deterioro de la salud pública y el retiro de los programas sanitarios son funcionales a quienes quieres dejar sujeto el derecho a la salud a las reglas del mercado.