En medio del debate por la reforma laboral que impulsa el gobierno de Mauricio Macri, la doctora en historia Ianina Harari analizó los alcances de la propuesta y enfatizó en que el proyecto sigue la tendencia de los últimos cuarenta años, en los cuales “el gobierno de los Kirchner también introdujo cambios similares”. Sostuvo que la idea va en detrimento de las condiciones laborales y en consonancia con las modificaciones a nivel mundial.
“La ley que tenemos hoy es de la dictadura y se fue modificando pero siempre en detrimento de los trabajadores. No se ve que se haya creado el empleo de calidad, la desocupación tiende a mantenerse un nivel elevado y en el salario real se gana la mitad de lo que se ganaba en la década del 70″”, expresó en diálogo con El Termómetro.
La analista, que integra el Centro de Estudio e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS), remarcó que desde la administración nacional intentan “promocionar (la reforma) como si fuera algo que va a traer algún beneficio” a los empleados aunque el objetivo es “ofrecer a los empresarios mejores condiciones para la inversión”.
En este contexto, más allá del punto que propone extender la licencia por paternidad, consideró que “todo es negativo”. Como ejemplo mencionó la disminución de las indemnizaciones por despido debido a que “se quiere bajar el monto del sueldo sobre el cual se calculan”
“Otra cuestión es la cláusula de irrenunciabilidad. Por medio de los acuerdos individuales, uno podría renunciar y aceptar peores condiciones”, agregó.
Frente a este panorama, indicó que la gestión de Cambiemos “está avanzando de a poco” en un escenario que no le es tan adverso.
“Es un gran problema. Está la tendencia a nivel mundial en torno a la desaparición de los puestos de trabajo, porque con la tecnología requiere menor cantidad de trabajo para producir más”, evaluó.
Bien compañera, buen análisis. Las críticas a la reforma laboral en Argentina han tendido a omitir los dos precedentes que marcaron tendencia a nivel mundial: Chile y Alemania, ambos en 2013-14. Si bien en el caso de Alemania la reforma no cristalizó plenamente, en ambos se planteaba como tema central la «titularidad sindical» para acabar con los sindicatos no patronales o al menos no directamente dependientes de los patrones. En Argentina esta tendencia se vio primero reforzada judicialmente hace año y medio aprox, con la jurisprudencia que solo reconoce como entes negociadores a la CGT unificada y afines (de este modo se busca eliminar de facto el derecho a huelga legal para todo lo que no sea burocracia sindical). En Chile también se implementaron la adaptabilidad pactada (ir por debajo de lo que dice el código laboral o el convenio, a nivel de empresa y/o individualmente) y la desresponsabilización de la mandante respecto de las condiciones de trabajo y salario de los subcontratados. Ya en ese momento (2013-2014) la fracción chilena de la FT-CI planteaba la reforma laboral como progresiva (apoyándose en una crítica de frente único centralizadora espuria contra un supuesto «paralelismo», y tomando como avance la titularidad sindical) y al programa electoral de Bachelet como «reformista». Hoy el PTS le pide a los dirigentes de la CGT que organicen a resistencia y se pongan a la cabeza de las movilizaciones, a Moyano hijo que sea más combativo, esto mientras celebra marchas de Palazzo con las pymes (un frente popular por donde se lo mire).