(Por Christian Skrilec)
Los referentes políticos municipales de la tercera sección electoral no mensuran la expectativa que tiene la dirigencia nacional y bonaerense del oficialismo respecto a su desempeño en las próximas elecciones.
Para empezar recordemos que la tercera sección electoral representa alrededor del 35 por ciento del total de los sufragios de la provincia de Buenos Aires. Entre los distritos que la componen se encuentran tres de los cinco más populosos de la Provincia: La Matanza, Lomas de Zamora y Quilmes, seguidos muy de cerca por Lanús, Avellaneda, Berazategui y Almirante Brown entre otros. Esta es la sección que pone a la ex presidente Cristina Kirchner en los primeros lugares de las encuestas, la misma sección que pone en dudas el triunfo del oficialismo en la Provincia, la misma que deja desarmado a Massa para pelear por la senaduría.
El peronismo es hegemónico en la Tercera. Pero CAMBIEMOS ve más allá, y en riguroso off admite que en la más populosa de las secciones del conurbano no podrá imponerse, pero apuesta a descontar la diferencia. Esa diferencia en la tercera sección puede definir la elección a senadores nacionales en territorio bonaerense. Entonces el desafío es simple, acortar distancia, aunque allí es donde empiezan los problemas.
Desde la súper estructura oficialista saben que el principal problema en la sección es el débil, por no decir paupérrimo armado territorial. Salvo en los distritos que el PRO gobierna, Lanús y Quilmes, donde el armado es también deficiente, el resto de los distritos no tienen ni estructura ni candidatos que muevan la báscula.
Ejemplos a puntualizar. El gobierno ve en Florencio Varela un territorio permeable al crecimiento de CAMBIEMOS, la gestión está entre las peores de la Provincia y el Intendente Pereyra arrastra una imagen negativa del 80 por ciento, el oficialismo ha desembarcado y en grande en las últimas semanas, incluyendo las presencias del presidente Macri y la gobernadora Vidal. Pero en el ámbito estrictamente territorial no terminan de hacer pie, los referentes de CAMBIEMOS son conversos del peronismo que atravesaron más de un espacio político como Ottonello o Ríos, y la cara nueva del PRO, Pablo Alaniz, todavía está lejos de haberse instalado entre los vecinos. En Brown, donde Cascallares aún no logra consolidarse y además tendrá una interna difícil con el “randazzismo”, el PRO apuesta a Carlos Regazzoni, que pese a sus ilusiones manifiestas de ser intendente, gobernador, y quien sabe que otra cosa, todavía no puede explicar claramente su abrupta salida del PAMI y naufraga en un bajísimo nivel de conocimiento. En Berazategui, la interna entre el funcionario del Ministerio del Interior Ricardo Giacobbe, y los históricos del PRO como Kunz y Martínez, a quienes hay que sumar el proyecto del Ministerio de Hacienda bonaerense, Juan Amendolaggini, parece una disputa desmedida en un distrito donde los Mussi aspiran a superar sin dificultades el 50 por ciento de los votos. El panorama se repite de manera más o menos similar con otros nombres en todos los distritos.
En este marco Martiniano Molina aparece como el referente de la sección con más chances de quedarse con un triunfo. Lo que no significa que no tenga problemas internos, que los tiene y con creces dentro de la gestión entre su propia tropa, como fuera de ella con el radicalismo y los peronistas en CAMBIEMOS. Sin embargo, su imagen positiva y un apoyo irrestricto del gobierno nacional son claves para retener el triunfo en Quilmes y descontar votos en la Tercera. Obviamente ya no estarán los 150 mil votos del 2015, y habrá que ver cuantos votos se escurren de esa elección demoledora. Lanús, el otro distrito amarillo, afrontó demasiados problemas al comienzo como para sentirse confiados en un triunfo, pero el arma de Grindetti es que empezó a notarse entre los vecinos la eficacia de la gestión en las obras y los servicios públicos, hecho que le permitió crecer en las encuestas.
En ambos casos los intendentes de CAMBIEMOS cuentan con un aliado inmejorable para aspirar al triunfo: la balcanización del peronismo, que pese a los esfuerzos extraterritoriales, no parece tener destino de acuerdo.
Gracias por leer.
Publicado en la edición Nro. 842 del semanario «El Suburbano».