(Por Christian Skrilec) El PRO no entiende de política o nosotros no entendemos al PRO. O nosotros no entendemos la forma del PRO de hacer política. O sólo entendemos las acciones políticas del PRO cuando se ven afectadas por la alianza CAMBIEMOS, esto es, cuando los movimientos o las acciones las ejecutan sus aliados radicales, o actores peronistas devenidos en personajes PRO. No contamos en el análisis al “carriotismo” y su política denunciativa, testimonial, y carente de cualquier tipo de ejecutividad; política loable el “carriotismo”, pero ajena siempre al ejercicio de gobierno.
Hay que cambiar el chip, formatear el rígido. ¿Qué es más fuerte, qué se impone? Los modos de la política nacional, en nuestro caso, de la “política conurbana” y sus particularismos, o la forma del PRO, esa forma que todavía no entendemos muy bien después de años de formateo “pejotista-menem-duahaldista-k” optimizado por la permanente especulación “radical-aliancista”.
Editorialistas consagrados, periodistas de género, y voceritos confundidos, sentencian que el gobierno, el PRO, comunica mal, y en muchos casos, dice peor. No obstante, la línea editorial del PRO baja como tobogán desde Balcarce 50 hasta el más recóndito de sus referentes municipales en el interior del país.
Pensemos lo contrario, y si esa es su forma de comunicar, con mensajes generales, faltos de precisión, con no más de 140 caracteres en twitter diciendo: “Hoy visitamos Villa Inflamable. Nos duele la realidad de nuestros vecinos”, para agregar en el Tweet siguiente: “Nuestro objetivo es pobreza cero. Vamos a lograrlo”, y punto. Ni hablar de Facebook, u otras redes sociales donde las fotos de sonrisas y globos se multiplican y cuatro renglones cursis fortifican la imagen.
La sentencia del principal asesor del PRO, Jaime Durán Barba, cae como un martillazo: “No expliques”. El PRO diagnosticó la enfermedad, exhibió sus consecuencias, gobierna con la imagen del enfermo a cuestas, y promete la cura, pero nunca dice cómo va a sanarlo. Y lo más importante, es que una mayoría inapelable cree que la sanación es posible, pese a que las recetas que se aplican no hacen más que recordar que nuestra enfermedad es crónica.
No se debe caer en el simplismo de creer que el PRO dejó de ser un partido comunal para transformarse en la primera fuerza política nacional sólo por los errores de sus antecesores. Además del error ajeno, que ha existido, está el acierto propio. La política del PRO doblegó a las políticas nacidas y criadas en el peronismo, a su estructura, y a sus formas.
Pensemos en las medidas del gobierno nacional y en el correlato cargado de inacción del gobierno provincial, no hay una que acerque al ciudadano de a pie a la felicidad prometida en el corto plazo. Si los astros se alinean tal vez lo hagan un poco feliz en el mediano plazo, y del largo plazo mejor ni especulemos. A pesar de esta realidad que se vuelve cada vez más compleja para la vida cotidiana, la imagen positiva del Presidente no ha caído de manera tal que el PRO deba empezar a preocuparse, y de la Gobernadora mucho menos, Heidi tiene a las cabras más contenidas que nunca.
Estos son algunos de los fundamentos: la imagen, los modos, el tipo de mensaje, y el tipo de comunicación, entre otras cosas, que hay que tener en cuenta para entender la forma política PRO y sus acciones. Es posible que el único cambio real que haya ocurrido en la Argentina desde octubre del año pasado hasta ahora, sea la forma de hacer política y el modo en que el votante la percibe.
Lo que ocurría en la mayor ciudad del país, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se extendió por todo el territorio, pese a las condiciones absolutamente diferentes que se presentan en cada distrito. Mientras la forma PRO perdure, un par de meses más, o los próximos 50 años, habrá que esforzarse por interpretar sus maneras, caso contrario será difícil interpretar sus políticas. Para los periodistas un trabajo obligatorio; para los políticos una necesidad para poder aliarse u oponerse; para el ciudadano, una tarea que en algún momento deberá emprender, para exigir la felicidad que le prometen.
Gracias por leer.
Publicado en la edición N° 800 de el semanario «El Suburbano».
Excelente, como siempre
Muy buena la nueva página, gracias por ayudarnos a informar a los vecinos. Exitos
Quiza es que estas acostrumbrado a ver levantarse ciudades enteras hechas de carton y telgopor, Quizà estès acostumbrado a lìderes que encandilan. No es fàcil entender que para construir un gran edificio hacen falta cimientos y que mientras se trabaja en los cimientos no se ven avances. No es fàcil entender la funciòn de un lìder que en lugar de encandilar ilumina, muestra caminos que podes elegir seguir o no. Los lìderes/hèroes ya no funcionan en ninguna parte del mundo. Quiza por eso no entiendas al PRO. La mente es como un paracaìdas, solo funciona cuando se abre. Probá por ahi, a ver que pasa….
Daniel, gracias por el comentario. Justamente la idea de la nota es abrir la cabeza para entender.
Bien Daniel! en un todo de acuerdo