En el marco de los 18 años de la desaparición de Jorge Julio López, que se cumplen este 6 de septiembre, su hijo Rubén López, y Carmen Arias, presidenta de Madres de Plaza de Mayo encabezaron un encuentro de «Debate y Formación» en la sede de la agrupación ‘de Lanús para Lanús’ que conduce el presidente del Concejo Deliberante, Agustín Balladares.
Junto a ellos participaron Ernesto Borzi de H.i.J.J.O.S. y David Ariza, integrante de H.I.J.O.S y Subsecretario de DDHH del Municipio de Lanús.
Presentaron a la militancia un trabajo realizado por la Universidad Nacional de La Plata por la segunda desaparición de Julio López, en lo que era el juicio contra las atrocidades de Miguel Etchecolatz
Balladares tomó la palabra para resaltar «la valentía de Julio López» y fustigó a aquellos que, aún en democracia, continuaron con las prácticas nefastas de tortura y desaparición de argentinos, ejecutadas por la última dictadura cívica milita en Argentina. Continuaron las palabras de Borzi y Árias.
El cierre estuvo a cargo de Ruben López, quien hizo un repaso de su infancia junto a su padre y del recorrido de este último, su militancia, secuestro, desaparición y tortura; y una vez aparecido, su propia investigación de los lugares donde estuvo secuestrado que lo llevaron a reconocer y declaran ante la justicia, situación que terminó, aún e Democracia, en un nuevo secuestro y desaparición hasta el día de hoy.
También se refirió a la Institución que creo, la Fundación Construyendo Conciencia, espació que, gracias al aporte de otras instituciones, entidades sociales y deportivas contribuyen a su sostén, permitiendo continuar con la búsqueda de Julio López.
Qué dice el informe de la UNLP sobre López
La Universidad Nacional de La Plata en base a una investigación realizada por Luciana Rosende y Werner Perto, describe en su página oficial que: «El 27 de octubre de 1976, Jorge Julio López fue secuestrado, también Guillermo Cano; y luego, siguieron Norberto Rodas y Alejandro Sánchez. Fueron llevados a Arana y torturados. En la madrugada del 5 de noviembre de 1976, secuestraron a Ambrosio De Marco y a Patricia Dell Orto, y los llevaron al mismo lugar. Allí, López presenció el fusilamiento de Patricia, Norberto y Ambrosio. Luego, fue trasladado a la Comisaría 5ª de La Plata y a fines de diciembre de 1976, a la Comisaría 8ª también de La Plata. El 4 de abril de 1977, tras atravesar más de cinco meses en la condición de detenido-desaparecido, fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nº 9, donde fue “blanqueado” y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, hasta el 25 de junio de 1979. López sufrió luego el destino de muchos sobrevivientes: el silencio, producto del terror y a posteriori de la impunidad, y la convivencia cotidiana con los torturadores y asesinos que cruzaba impunes en el barrio y en la ciudad. Recién en los años 90, se reencontró con Pastor Asuaje y pudo contarle lo que había sucedido y a través de él, a la familia de Patricia Dell Orto. El 7 de setiembre de 1999, cuando la lucha de los organismos de derechos humanos permitió la apertura de los Juicios por la Verdad, declaró por primera vez. Ese día su testimonio, enriquecido por las averiguaciones que solitariamente realizó luego de su liberación, generó una inspección ocular en la zona de Arana, que constituyó un aporte fundamental en la reconstrucción de los lugares que funcionaron en La Plata como centros clandestinos de detención. Ese testimonio permitió también el encuentro con otros sobrevivientes, nucleados en la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos. Allí encontró el espacio para el diálogo y para poner en palabras lo sucedido con él y sus compañeros. Poco tiempo después de su declaración, a pesar de las leyes de impunidad vigentes, el camarista Leopoldo Schiffrin solicitó a la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata que se citara a Miguel Osvaldo Etchecolatz a declaración indagatoria sobre los nuevos casos conocidos en el Juicio por la Verdad que no habían sido incluidos en el juzgamiento del año 1985. Entre ellos, el de Jorge Julio López y el de Patricia Dell Orto y Ambrosio de Marco. La causa tomó nuevo impulso a partir de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida. Allí volvió a declarar Jorge Julio López, el 16 y el 30 de noviembre de 2005 y se constituyó como querellante, junto a Nilda Eloy y la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos. Poco tiempo después, esa causa se convirtió en la primera en el país en llegar a la instancia de juicio oral. El 20 de junio de 2006, en el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata, se inició el juicio oral. Jorge Julio López brindó su testimonio el 28 de junio. Ese día relató lo sucedido con sus compañeros de la Unidad Básica, reivindicó la militancia de esos jóvenes universitarios. Participó en los reconocimientos de los Centros Clandestinos de Detención “Arana, Comisaría 5ª y Comisaría 8ª”. El 18 de setiembre, día en que debía acompañar a las abogadas y los abogados que alegaban en su nombre, desapareció por segunda vez. El impacto de su desaparición, en una ciudad atravesada por el genocidio y por las desapariciones en democracia de Miguel Bru y de Andrés Núñez, perdura al día de hoy. Mientras por primera vez un Tribunal reconocía que lo sucedido en nuestro país fue un genocidio, en la sentencia dictada el 19 de setiembre de 2006, nuevamente se escuchó la consigna “Aparición con vida” en las calles de la ciudad. A partir de allí, hubo un profundo replanteo de las políticas institucionales que debían acompañar el proceso de enjuiciamiento que se estaba iniciando y que continúa al día de hoy. Pero hubo también enormes resistencias y desaciertos políticos y judiciales que hacen que, al día de hoy, tras años de su desaparición, no sepamos qué sucedió con él y quiénes son los responsables».