Por Macarena Ramírez
La reunión que el Presidente, Alberto Fernández, convocó, presionado por el resto de los socios del Frente Todos, terminó siendo el fin de su propio proyecto político. Tal vez por eso es que el primer mandatario se haya resistido hasta último momento a reunirse para discutir la estrategia electoral.
El operativo, que terminó con la decisión de formar una comisión que vaya a ver a la vicepresidenta Cristina Kirchner para plantearle que revea su decisión de no ser candidata y establecer una estrategia para terminar con su “proscripción”, empezó con la aparición en la sede del PJ de Matheu de Máximo Kirchner, quién públicamente había manifestado que él no se iba a sentar en esa mesa.
Puntual, a las siete de la tarde, llegó en el mismo auto que el ministro de Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, según explicaron desde su entorno habiéndolo decidido “a último momento” luego de hablar “con sus compañeros y compañeras”. Alberto Fernández no lo sabía y se enteró en el momento que el presidente del PJ bonaerense llegó a la reunión.
Casi una hora después llegaba el Presidente, acompañado de Julio Vitobello, Victoria Tolosa Paz, Juan Manuel Olmos, Santiago Cafiero, y el flamante jefe de Gabinete, Agustín Rossi. Minutos después llegaba Sergio Massa, quién había dejado trascender la noche anterior que no iba a concurrir, antes habían llegado sus cinco representantes.
Pero la reunión tuvo mayoría claramente kirchnerista. De los treinta y tres presentes, catorce, al menos, respondían a la vicepresidenta. Además de Kirchner y De Pedro, estaban los camporistas Andrés Larroque, y Anabel Fernández Sagasti, los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), y Jorge Capitanich (Chaco), los intendentes Mario Secco (Ensenada), Fernando Espinoza (La Matanza), Mayra Mendoza (Quilmes), y Lucas Ghi (Morón) y los sindicalistas Pablo Moyano, Hugo Yasky, Sergio Palazzo y Abel Furlán.
Durante las cinco horas y media que duró el encuentro, nadie salió del salón de reuniones del primer piso de la sede del PJ. Recién a las una y media de la mañana comenzaron a salir todos los presentes con un solo mensaje, terminar con la proscripción de CFK y pedirle que sea candidata. Era lo que hace días planteaba en diferentes entrevistas el kirchnerismo duro y que evitaba el albertismo.
El presidente tenía otra agenda en mente para la reunión, discutir una estrategia y reglas claras para competir, todos los sectores que así lo quieran en una PASO, y mantener así viva su posible candidatura a la reelección. Alberto perdió la pulseada.
Si bien no lo dice taxativamente el comunicado que hicieron trascender, así lo comunicaron referentes de todos los sectores cuando terminó el encuentro. El primero fue Capitanich, pero tras él, el mismo discurso tuvieron los albertistas Victoria Tolosa Paz y Agustín Rossi. No hubo otra cosa, más allá de lo vinculado con el CFK que comunicar.
El massismo ratificó. La presidenta de la Cámara de Diputados Cecilia Moreau también informó que se le pedirá a la vicepresidenta que sea candidata. Tal vez ese respaldo esté dado por las dificultades de Sergio Massa para ser el candidato del Frente de Todos mientras maneja la economía, algo que él mismo repite, es incompatible con una candidatura, y que se dificulta con una inflación nuevamente en aumento que llegó al 6 por ciento en enero, cuando la proyección del ministro era menos de un 4 por ciento en marzo.
No está claro si finalmente Cristina Kirchner será o no candidata, tampoco si habrá o no PASO. Pero lo que quedó claro el jueves por la noche es que el proyecto político de Alberto Fernández está terminado y que el Frente de Todos inicia una nueva etapa de cara a la definición de la estrategia electoral.
Además de los mencionados estuvieron presentes por el Frente Renovador, Malena Galmarini, Diego Giuliano, Rubén Eslaiman y Juan Andreotti. Los gobernadores Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Mariano Arcioni (Chubut), los intendentes Alberto Descalzo (Ituzaingó), Mariel Fernández (Moreno), y el sindicalista, Héctor Daer.