A pesar de haber tenido una sesión especial la semana pasada, el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora volvió a repudiar el atentado contra la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. En una sesión que fue de mucho debate desde el inicio, el peronismo, además, repudió la represión del Gobierno de la Ciudad contra la militancia en la puerta de la casa de la ex mandataria y los actos vandálicos contra el busto de Evita en la Plaza Ameghino de la Llavallol. También con cierta polémica, aprobaron un convenio con la Provincia para asfaltar el barrio Nueva Esperanza.
Otra larga sesión en el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora pero que con un tema que sobrevoló el recinto en cada expediente y tuvo un momento destaco: el repudio al intento de magnicidio contra la Vicepresidenta de la Nación.
Fue el tratamiento de dos proyectos en conjuntos, uno puntual por el hecho y uno por la represión de la policía de la Ciudad a los militantes que acampaban frente a la casa Cristina días atrás, que ya había recibido un largo discurso en la última sesión ordinaria de agosto, a través de una Moción de Privilegio.
Victoria López (Frente de Todos) fue la encargada de hacer un resumen de los hechos que tuvieron como centro a la policía porteña, recordando los insultos y golpes contra Máximo Kirchner. «Ni los palos ni los gases van a desgastar el amor que sentimos por Cristina», cerró.
En tanto, fue Eva Limone, quien volvió a hablar por el ataque a CFK. «Me movió la sensación de miedo más grande que viví en estos años de militancia. Es la violencia y el odio lo que engendra el miedo, porque muchos estábamos convencidos que habíamos dejado atrás viejas prácticas de disciplinamiento contra el pueblo movilizado», contó la edil.
Denunció que hay sectores que «buscan excusas para ejecutar un disciplinamiento contra el pueblo» que «hoy la excusa es la causa de Vialidad pero antes fue el peronismo». E hizo un reconto de hechos de odio contra el espacio político que fueron desde la apedreada al despacho de Cristina en el Senado, declaraciones del presidente del Concejo Deliberante de Bell Ville; el pedido de pena de muerte del diputado nacional de Juntos por el Cambio, Francisco Sanchez, y por alguna razón lo equiparó al alegado de los fiscales en la causa de corrupción en la obra pública.
«No vienen por Cristina, vienen por la democracia y por todos. No olvidamos las. Bolsas mortuorias, el atentado al local de Bahía Blanca. Lo que ocurrió en Llavallol», sostuvo y mostró la tapa del diario Clarín del día lunes que Cristina subió a sus redes sociales con una nota de opinión que titulaba «La bala que no salió y el fallo que si saldrá». Sin dudar, Limone sostuvo que «el objetivo sigue siendo el mismo exterminarnos. Esto no es nuevo, viene de años».
Mientras que el presidente del bloque, Gastón Lassalle, reforzó el señalamiento contra «los medios hegemónicos», denunció que «se siguen escuchando palabras de odio y pero también el silencio de otros», porque «cuando se callan también generan odio». Y en línea con lo que había manifestado más temprano en la jornada, recordó a Antonio Cafiero, «a quien nadie lo invitó para ir a apoyar a Alfonsín cuando lo necesitó, fue porque era lo que había que hacer» y en referencia a la oposición sostuvo: «les tiene que salir del corazón la pasión por la defensa de la democracia».
Juntos acompañó el repudio al atentado no a la represión del Gobierno de la Ciudad. Asimismo en conjunto se repudiaron los hechos vandálicos contra los bustos de Evita y otros próceres en la plaza Ameghino de Llavallol.
Al comienzo de la sesión, el cuerpo aprobó por unanimidad un convenio para la ejecución del proyecto de obras de pavimentación para el Barrio Nueva Esperanza, entre el Municipio y el Ministerio de Infraestructura de la Provincia. Sin embargo, no pudo pasar sin generar polémica. Gustavo Ganchegui argumentó que su bloque querría pedir la abstención porque, ante una modificación en la Ley Orgánica de las Municipalidades, ese expediente no tenía que pasar por el Concejo, al margen que el convenio se firmó casi un año atrás. Puso el ojo en que «de algunos convenio solo nos notifican y otros los traen para la votación», en referencia a la multitud de vecinos que llegó para la votación del expediente. La confusión llegó cuando, antes que el oficialismo anuncie que no les aprobaría la posibilidad de la abstención, Silvia Sierra se adelantó y un segundo después dijo que aprobarían el proyecto porque las obras eran importantes para el barrio. Un empleado municipal del área de seguridad urbana (quien justo antes de hablar se puso una remera encima de la chomba de trabajo) comenzó a los gritos contra la concejala y acusando a la gestión de Mauricio Macri de «generar hambre en el pueblo». Algo similar pasó con una de las vecinas a las que le dieron la palabra, mientras que la última obligó a bajar el todo del debate cuando les pidió a los concejales que «dejen de discutir por boludeces» porque para los vecinos la obra «era un orgullo y tenía que ser una fiesta».