Este jueves la vicepresidenta, Cristina Fernández, compartió una reunión con Curas Villeros, Curas en Opción por los pobres y hermanas, religiosas y laicas y allí brindó un discurso en el cual habló del intento de asesinato que sufrió el 1 de septiembre. Uno de los presentes fue el Padre Ignacio Blanco quien dialogó con El Termómetro y brindó detalles del encuentro.
“A veces los regalos son regalos, no se si tienen muchas razones y creo que lo de ayer fue un regalo de la vida. Ella nos dijo que quería agradecer a Dios y la virgen y estando con nosotros estaba más cerca de Dios y la virgen», manifestó el cura de Berazategui.
Además, detalló que la vicepresidenta les contó que “el viernes por la madrugada la llamó el Papa Francisco desde Roma y fue un gesto re lindo en este momento tan difícil», y subrayó que “Francisco fue una providencia para la iglesia, aunque algunos no lo vean así».
En cuanto a lo que se dialogó, sostuvo que ellos intentaron “que sea un espacio de cuidado para ella, pero estuvieron entre las cuestiones que se hablaron la inflación, la tierra y la vivienda, la droga que atraviesan nuestros barrios y ella no esquivó esos temas» y detalló que “Toto (Lorenzo de Vedia) le dijo que la necesitamos para pensar la argentina del futuro, no solo pensar la coyuntura».
“Coincidimos en decirle que cuando estamos desorientados buscamos que ver dice Cristina, es la referente política más importante en este momento y la miramos para ver dónde va a ella», añadió y aseguró que “en el barrio te dicen que hay que cuidar a Cristina». Sin embargo, afirmó que “el mensaje de odio también permea las clases populares».
Consultado por la realidad en los barrios, considero que “la emergencia más fuerte en los barrios es lo económico y la inflación, la preocupación del día a día es que le doy de comer a mis hijos y esto enrarece el clima social que no es poco, el tema económico es urgente».
En ese sentido, enfatizó que “el tema de la comida mal que bien se resuelve, hay formas, llega comida, se multiplican las ollas, comedores, la gente come, pero come mal», y que “el tema es el trabajo para tener ingresos, el problema sigue siendo la distribución del ingreso».
“Nos fuimos con un mensaje de esperanza, ella nos animó a seguir leyendo la historia desde el pueblo, de no bajar los brazos, se conmocionó mucho le entregamos una bandera de Wenceslao que fue un mártir, y él pide no odien, se conmocionó y adhirió. Ella está parada en construir desde el amor y no desde el odio, ella no odia, agregó.
Por último, aseguró que lo que más le preocupa “es la creciente desigualdad, la distancia entre ricos y pobres, los niveles de insensibilidad de ciertos sectores sociales que viven con una obscena riqueza y se endurecen frente a la necesidad».
“Me gustaría tener una economía más ligada a las multitudes que trabajan y necesitan y no beneficiar a sojeros que se benefician con un dólar especial», cerró.