Ante la aparición de un hombre que disparó contra un delincuente, en un hecho que se dio a conocer como el «tirador anónimo», el especialista en materia de seguridad, Luis Vicat, llamó la atención ante estos hechos y manifestó preocupación por el aumento de los linchamientos públicos, como hechos de justicia por mano propia. Además, planteó que «estos hechos enervan a los delincuentes» y teme por un «efecto réplica».
En diálogo con El Termómetro, el abogado planteó que el hecho del «tirador anónimo» no es uno aislado, y planteó que el año pasado hubo «entre 111 y 114 arrestos civiles que después derivaron en situaciones de violencia del victimario en algunos casos con pérdidas de vida» y manifestó su preocupación por la posibilidad que estas situaciones puedan «traer alguna replica».
Sobre el caso en particular, para Vicat «no tiene ningún asidero la versión de un ‘tirador’ o ‘justiciero’, la policía lo desecho. Lo único que hay son unos disparos de alguien que aparentemente fue robado. El único que puede dar cuenta de esto es el delincuente herido y apresado». Sin embargo, asegura que no se puede descartar que «haya sido personal de seguridad con un arma reglamentaria porque lo único que se secuestro es un proyectil calibre 9 que se encontró en la moto».
«Una segunda hipótesis dice que no es fuerza de seguridad sino un ciudadano que va armado por temor, que reacciona ante el asalto y se da cuenta que sus disparos impactan por la espalda y salen por el estomago. Como su seguridad jurídica puede estar complicada por lo que abandona el lugar», señala el especialista y agrega que hay «una tercera es que hayan tenido la mala suerte de haber robado a otro ladrón».
Para Vicat, hechos de violencia de casos de justicia por mano propia pueden «enervar la reacción de los delincuentes». «Estas reacciones que son comprensibles por la inseguridad pero no es aconsejable, pueden generar un efecto réplica. Y tenemos el problema que alguien salga a imitarlo. La gente tiene derecho a un arresto civil pero no victimizar a un victimario porque se transforma en lo que es el otro».
El abogado ve un «un malestar social, una frustración por la inseguridad y la frustración encuentra una vía de escape como forma de vehiculizar la furia. La sociedad está ansiosa y está agresiva. Esto, paradójicamente, transformó en víctimas a los victimarios, la gente tendría que pensar antes de reaccionar de esa manera».