La vicepresidenta, Cristina Kirchner, volvió a hablar este viernes desde Calafate luego de una semana crítica para el gobierno tras la renuncia de Martín Guzmán al ministerio de economía. La situación límite, política y económica derivó en el recuentro del Presidente, Alberto Fernández y la vice, y reuniones que incluyeron también al Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Esa sintonía que, parece, comienza a construirse en el Frente de Todos quedó evidenciada en el discurso de CFK donde no hubo críticas a su compañero de fórmula, ni a ministros, sino que llamó a “autoconvocarse para construir una Argentina en paz”.
A diferencia de las últimas apariciones públicas de la vice presidenta, este viernes, Cristina Kirchner sacó bandera blanca. No hubo críticas furibundas como otras veces, al menos a miembros en ejercicio en el gobierno. Al contrario, habló bien de políticas como el Pre Viaje, aunque pidió que se convoque a las cámaras de turismo para acordar precios; el IFE, el ATP, y aclaró al hablar del desempeño de Alicia Kirchner como ministra de Desarrollo Social que no iba a “revolear a ningún ministro”.
Fue en ese momento que volvió a hablar de los planes sociales, aunque esta vez sin estridencias ni golpes teledirigidos. Luego de recordar los planes Argentina Trabaja y Ellas Hacen entre 2009 y 2015, planteó que es necesario que “mientras el ministerio de Economía resuelve lo macro económico, hay también que, paralelamente a esa tarea macro, ir desde el desarrollo social acomodando a ese universo de hombres y mujeres que quedaron fuera del sector de trabajo, que los vaya empoderando para que cuando la economía vaya creciendo tengan los instrumentos para ser absorbidos por esa economía formal”. Cabe recordar que la mueva ministra de Economía, Silvina Batakis, dijo en los últimos días que no están los fondos para implementar el Salario Básico Universal, que impulsa Juan Grabois.
A quién sí criticó con dureza fue a Guzmán, e incluso hizo una defensa del Presidente. “El sábado nos enteramos de la intempestiva renuncia del ministro de Economía, fue un inmenso acto de irresponsabilidad política”, dijo. Y agregó: “Fue un acto también de desestabilización institucional, con el mundo, el país, el dólar como esta, hacerlo enterar al Presidente de una renuncia por twitter no me parece bien, no está bien por la sociedad en su conjunto, también me parece un gesto de inmensa ingratitud personal con el Presidente”.
“Yo no oculto las diferencias con el Presidente, pero este presidente había bancado a este ministro de Economía como a nadie, enfrentándose con sus propias fuerzas de la coalición, ¿se merecía eso? Fue un inmenso gesto de ingratitud personal”, insistió. En ese marco, Cristina Kirchner pidió “discutir políticas y no personas”.
Sobre el final de su discurso, la vicepresidenta hizo referencia a un tema en el que viene insistiendo en público y en privado: la economía bimonetaria. “Sobre esto hay que ponerse de acuerdo, sino gane mandraque el mago y su amiga Lorna, no va a haber solución a este problema. Si no abordamos esto no hay solución”, afirmó. “Es hora de que nadie se sienta dueño de la verdad o que tiene la vaca atada. Yo quiero ayudar, pero ayudar no es callarse la boca y esconder la mugre debajo de la alfombra, y si estoy equivocada que me convenzan. El país merece una discusión enserio en un mundo donde todo tiende a agravarse. Tenemos que encontrar un punto de coincidencia sino no va a haber argentina para nadie”, dijo.
“Sin rencores, pero con muchas ideas, con mucha esperanza de que podamos hacerlo es que debemos autoconvocarnos para la construcción de una Argentina en paz, que presupone, además, una Argentina también con paz social”, cerró, dando así aire a una colación de gobierno que quedó por momento al borde del precipicio. Mañana sábado será el turno del Presidente, que dará un discurso por el Día de la Independencia desde Tucumán.