Familiares y amigos de las víctimas, junto a organizaciones de Derechos Humanos y funcionarios de los tres niveles del Gobierno encabezaron una marcha y realizaron un emotivo acto a 35 años de la “Masacre de Budge”, hecho conocido como el primer caso de ‘gatillo fácil’, en el que policías de la Bonaerense asesinaron a balazos a tres jóvenes. El caso que dio entidad a declarar los 8 de mayo como “Día Nacional de la Lucha Contra la Violencia Institucional”.
En el marco del homenaje, se realizó una marcha donde se colocó un cartel donde se señala el lugar de los hechos, junto a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, bajo la consigna “A 35 años de la Masacre de Budge, la lucha continúa. Basta de represión. Negro, Willy, Oscar; presentes!!”, como señalaba la bandera que encabezaba la movilización.
El acto tuvo el acompañamiento de Nación, la Provincia y el Municipio. “En la esquina de Guamini y Figueredo el Negro Olivera, Willy Argañaraz y Oscarcito Aredes fueron acribillados por la policía bonaerense. Este hecho marcó un antes y un después constituyéndose en un símbolo de organización y movilización popular contra el gatillo fáci”, contó la intendenta Marina Lesci.
🔵 | A 35 años de La Masacre de Budge conmemoramos el Día Nacional de Lucha Contra la Violencia Institucional en el marco de un nuevo aniversario del 8 de mayo de 1987, junto a la @SDHArgentina, @DerHumanosPBA y la Comisión de Amigos y Vecinos de #Budge.@minsaurralde pic.twitter.com/ZbAznWWqJU
— Marina Lesci (@marinalesci) May 9, 2022
Por su parte, el director de Violencia Institucional de la Nación, Mariano Przybylski expresó que el cartel con la señalización “es una política de la Secretaría de visibilizar la violencia institucional que existe, existió y sigue existiendo”.
“La lucha popular y la organización los vecinos hizo que fuera la primera vez que se visibilizó y se dijo ´basta´ y se cruzo al barrera del miedo que paralizaba en aquellos años. Particularmente, creo en esta señalización, además de a los pibes asesinados, se homenajeó la lucha popular”, aseguró el funcionario.
Como parte de las actividades también se inauguró un mural con el rostro de los tres jóvenes asesinados, realizado por la CAV. Del acto participaron, además de funcionarios nacionales, provinciales y municipales y familiares de otras víctimas de violencia institucional.
En el marco del Día Nacional de la lucha contra la Violencia Institucional y en homenaje a Agustín Olivera, Oscar Aredes y Roberto Argañaraz asesinados hace 35 años por parte de suboficiales de la policía bonaerense, inauguramos un cartel de señalización junto a sus familiares. pic.twitter.com/Qk6haB3oBr
— Secretaría DDHH (@SDHArgentina) May 8, 2022
El hecho:
El 8 de mayo de 1987, alrededor de las 19, Oscar Aredes (19), Roberto “Willy” Argañaraz (24) y Agustín Olivera (26) conversaban y bebían cerveza en la esquina de Guaminí y Figueredo, de Ingeniero Budge, cuando fueron asesinados a balazos por tres policías bonaerenses.
Supuestamente, Olivera y Argañaraz habían tenido un inconveniente menor con la dueña de la despensa en la que compraron la cerveza, por lo que los efectivos habrían concurrido al lugar alertados por la denuncia de la mujer.
A raíz de lo ocurrido acusaron al suboficial mayor Juan Ramón Balmaceda, al cabo primero Juan Alberto Miño y al cabo Isidro Rito Romero, quienes argumentaron que se había tratado de un enfrentamiento y que las víctimas estaban armadas.
En tanto, los médicos forenses determinaron que Olivera presentaba 12 heridas de bala y Aredes 7, en su mayoría por la espalda en ambos casos, mientras Argañaraz tenía al menos 3 impactos en la cabeza efectuados a corta distancia.
Ante esta situación, el barrio donde residían los jóvenes se movilizó inmediatamente en las calles en reclamo de justicia y contra la represión policial, un tipo de protesta poco habitual en aquellos primeros años del retorno de la Democracia y que, a su vez, se enmarcaba en un ambiente aun convulsionado por levantamiento militar “carapintada” de la Semana Santa de 1987, que desde Campo de Mayo mantuvo en vilo a todo el país.
En mayo de 1990 se llevó a cabo un primer juicio oral en el que Balmaceda y Miño fueron condenados a 5 años de cárcel por “homicidio en riña”, y Romero a 12 por “homicidio simple”.
Pero ese fallo fue anulado luego por la Suprema Corte de Justicia provincial que dio por probado que existió una manipulación de las pruebas y ordenó un nuevo juicio, el cual se realizó en junio de 1994.
En ese segundo debate los tres policías fueron condenados a 11 años de prisión por homicidio simple, pero no quedaron detenidos hasta que el fallo quedó firme.
Esa confirmación de la sentencia se produjo en 1998, cuando se ordenó la detención de los tres condenados, pero estos se fugaron antes de ser capturados.
Recién en 1999 Romero fue capturado y, finalmente, en 2006 cayeron Miño y Balmaceda; y así comenzaron a purgar de manera efectiva con su condena, la cual ya se les dio por cumplida.