Tras la reunión con un grupo de vendedores ambulantes senegaleses, desde el Municipio de Quilmes focalizaron en la difícil situación que atraviesa ese sector de la población local. En esa línea, indicaron que el objetivo es trabajar para lograr una “política integral” que les permita anticipar escenarios y evitar situaciones conflictivas.
“La situación migratoria es muy difícil para ellos, a la dificultad de cualquier trabajador se agrega la de la comunicación por el idioma. Por ejemplo, el consulado más cercano es en Brasilia y obtener cualquier certificado es muy difícil”, expresó en diálogo con El Termómetro el director general de Violencia Institucional de la comuna, Walter Ormazábal.
De acuerdo a los datos relevados, en el centro quilmeño trabajan 24 personas de origen senegalés que traba, mientras que hay otras tantas que hacen lo propio en San Francisco Solano. En tanto, si bien “no arman puestos porque no está permitido,”, el funcionario indicó que “de una u otra manera están trabajando.
En este sentido, desde la comuna estiman que el diálogo “permitirá avanzar en la regularización y desarrollo de las actividades de una comunidad ya arraigada en el distrito y la toma de decisiones y acuerdos desde una perspectiva de derechos humanos”.
“Se les hizo una propuesta que permitiría, en el mediano plazo. que reemplacen la actividad de venta callejera por emprendimientos. Empezamos a buscar una solución más profunda que no solo tiene que ver con ese grupo, sino también con el resto de los trabajadores que hacen venta en la calle”, relató.