por Guillermo Kane (diputado provincial por el Frente de Izquierda)
La campaña celeste pretende confundir la libertad de culto, que defendemos como parte de toda libertad de opinión y reunión con la defensa, con el derecho de las iglesias a incluir sus opiniones y vetos en la gestión de la educación pública y la salud. Defendemos el carácter laico y científico de la ESI, y de toda la educación como condición para que los estudiantes tengan acceso a una formación sin filtros ni prejuicios que la atrasen ni la deformen. Defendemos que las organizaciones de estudiantes y docentes, de mujeres, de minorías sexuales que han peleado por la aplicación de la ESI sean garantes de su aplicación, como plantea la ley. Las iglesias han bloqueado o distorsionado el desarrollo de la ley hasta el momento, como registran todos los relevamientos realizados. Los índices de aumento de los embarazos adolescentes, del contagio de enfermedades de transmisión sexual, la verdadera epidemia de femicidios, son muestras de que necesitamos sobrepasar los obstáculos para avanzar con el dictado de una formación sexual en todos los niveles, que no parta de reprimir la sexualidad, sino que instruya sobre cómo desarrollarla según la voluntad de cada individuo y que incluya una perspectiva contraria a toda discriminación, opresión o violencia hacia las mujeres y las minorías sexuales.
Para algún inocente que hubiera presenciado los debates en el congreso nacional sobre el proyecto de Interrupción Voluntaria de Embarazo, el duro contraste de posiciones que tuvo lugar podía parecer que reflejaba un acuerdo parcial. La consigna histórica del movimiento de mujeres, transformada en uno de los procesos de movilización y organización más masivos y arrolladores de los últimos años, es Educación Sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar, Aborto Legal y Gratuito para no morir. El punto de hacer efectivo el dictado de Educación Sexual generó un poderoso movimiento en sí mismo, donde junto a docentes que ya venían reclamando por su implementación se extendió un movimiento estudiantil muy fuerte en los colegios públicos, pero también en los privados y religiosos, donde los pañuelazos se desarrollaron con fuerza a pesar de la persecución de las autoridades. Quienes se oponían a que las mujeres pudieran decidir sobre sus propios cuerpos, aparte de pretender imponer sus creencias ideológicas sobre la base de una campaña de desinformación que llegó a niveles francamente bizarros y ofensivos (los preservativos que no sirven porque los espermatozoides pasan la porcelana, la comparación de que una mujer se vea obligada a dar en adopción un hijo no deseado con repartir cachorros de una perra, la relativización de caracterizar una violación como tal si se da en el ámbito familiar, la inexistencia del aborto entre mujeres pobres, el financiamiento del movimiento de mujeres y la izquierda por el imperialismo para despoblar el país, el interés de sectores industriales en hacerse de fetos no natos , entre muchas otras arbitrariedades) decían que “las mujeres deben saber cuidarse”, y que se discutiera mejor el problema de la educación sexual y el acceso a los anticonceptivos. O sea que para un observador superficial, no informado, había un acuerdo total en la implementación de la educación sexual y la implementación de los anticonceptivos.
Pero la situación posterior al rechazo del proyecto de aborto en el senado nacional ha mostrado la realidad. Los sectores eclesiásticos y reaccionarios detrás de la campaña por “las dos vidas” no se interesaban en las vidas de las madres y no sólo no se inmutaron frente a la continuidad de muertes de mujeres por abortos clandestinos sino que intentaron interrumpir el aborto a una niña discapacitada en San Juan, en las condiciones previstas por el condigo penal y a pedido de su familia. En fin, el sometimiento de los representantes de los partidos del régimen al lobby eclesiástico los ha envalentonado. Previsiblemente, han dejado de lado las concesiones “progres” fingidas durante el anterior debate parlamentario. No quieren educación sexual, ni anticonceptivos, ni aborto en los casos de violación o riesgo de vida previstas por los protocolos de ILE (Interrupción Legal de Embarazo).
El nuevo objetivo del lobby eclesiástico, co-dirigido entre católicos y evangélicos es bloquear las reformas a la legislación de Educación Sexual Integral que se discuten en el Congreso Nacional y en numerosas legislaturas provinciales . En estos ámbitos plagados de diputados y senadores reaccionarios, los diputados del Partido Obrero en el Frente de Izquierda hemos buscado impulsar los reclamos de la marea verde, a través de iniciativas parlamentarias en todo el país, tanto en relación a la ESI, como a la separación de la Iglesia y el estado.
En función de bloquear el tratamiento de estos proyectos han logrado por un lado un acuerdo con Macri y Vidal, que se ha expresado en el anuncio de que Cáritas y las iglesias evangélicas manejarán una parte importante de la asistencia social que el gobierno destinaría a tratar de contener la crisis económica y social. Este apoyo al gobierno habría tenido como contraparte el compromiso de bloquear las inicativas de ESI, en particular el tratamiento en el senado bonaerense del proyecto de mi autoría que tiene media sanción en la cámara de diputados, donde fue votado hace tres meses. El audio que se ha hecho público del pastor Jorge Sennewald de ACIERA, uno de los reagrupamientos de iglesias evangélicas, donde relata cómo luego de tener “control del despacho presidencial por una hora y media” y poner a disposición 4500 iglesias como puntos del operativo oficial, se les dieron certezas de que Cambiemos actuará para frenar las iniciativas en curso en el Congreso y la Legislatura bonaerense. Los “republicanos” fanáticos de la división de poderes pueden garantizar resultados del debate parlamentario en función de acuerdos con instituciones privadas. ¿Dónde quedó la famosa libertad de conciencia de las bancas oficialistas?
El otro elemento de la campaña denominada “con nuestros hijos no” es una distribución de información falsa en la comunidad educativa para generar una alarma sobre la pretensión de “sexualizar” a los niños o “promover su conversión a la homosexualidad”. La falsedad de la campaña y su apelación a posiciones retrógradas y homofóbicas no le ha quitado alcance a la campaña, que ha llegado a colocar artículos en numerosos medios y hasta un editorial en su línea en uno de los diarios de gran tirada del país.
Es una necesidad que todo el amplio movimiento de lucha que ha levantado este reclamo organice un plan de acciones y difusión para sobrepasar este acuerdo de la iglesia y el gobierno que pretende bloquear su tratamiento. Éste jueves 20 realizaremos pañuelazos simultáneos en el Senado bonaerense y la Casa de la Provincia de Buenos Aires en CABA como puntos de arranque de esta nueva etapa de la lucha.
¡Nos vemos en las calles!
Tienen el apoyo de millones de estudiantes y docentes. No aflojen. Separación de la iglesia del Estado! Vidal tiene que ir a juicio político! Sandra y Rubén presentes!