La visita del presidente mostró un exceso de controles para que Macri pudiera circular de manera segura por el distrito.
Se valló la plaza San Martín, se impidió el paso peatonal por la calle Rivadavia entre Mitre y Sarmiento, se cortó la circulación vehicular sobre Sarmiento entre Alsina y Alem, y se prohibió la circulación de rodados sobre la calle Alsina entre Cevallos y Mitre durante más de tres horas. Esto último, un verdadero despropósito.
La policía comunal afectó decenas de efectivos a custodiar estos límites. Sobre la Avenida Otamendi, desde el ingreso a la IMPA (lugar donde aterrizó el Presidente), hasta Cevallos, se apostaron tres policías comunales por esquina, además de cuatro móviles de la policía bonaerense, dos apostados y dos circulando. También se asignaron móviles policiales, de Tránsito y Control Urbano, a lo largo de todo el trayecto presidencial.
La sola amenaza de movilización de sectores que no incluían el aparato del Frente para la Victoria, y cuya convocatoria de hoy fue limitada, no parecen argumentos suficientes para semejante despliegue.