(Por Christian Skrilec) Este es el panorama antes del bombardeo, con el campo libre de miles de minutos de radio y televisión cedidos a los partidos políticos para que publiciten a sus candidatos. Un panorama con la calle limpia, sin carteles ni pintadas ni volantes, con mucho menos globos de los que flotarán por la ciudad una semana antes de los comicios.
En primer lugar, hay que decir que pese a la intención de los medios, la tensión electoral no se mantuvo. El 9 de agosto se votó, y la abrumadora mayoría de la gente se despidió de las urnas hasta nuevo aviso, los estudiosos especulan que volverán a meterse en la discusión de la campaña a mediados de octubre.
Por otra parte, algo que ha sido hasta ahora una variable que modifica las expectativas, la pronosticada polarización, esto es, la división de la mayoría de los votos en sólo dos opciones, el oficialismo y el opositor con más chances de ganarle, nunca se produjo, y muy difícilmente se produzca.
En este marco, la película aparece en pausa, la imagen que se observa es la de un Daniel Scioli (FpV) de 40 puntos, un Mauricio Macri (PRO) de 30, y un Sergio Massa (FR) de 20, las variables numéricas pivotean en esas decenas. La foto favorece al oficialismo y lo deja a Scioli a un pequeño paso de ganar en primera vuelta. La afirmación poselectoral de los analistas opositores asegurando la imposibilidad de un ganador definitivo en octubre, se fue desvaneciendo.
Este panorama se dibuja gracias a dos hechos evidentes, la claridad de Sergio Massa para solidificar su proyecto y sus propuestas, y la incapacidad de Mauricio Macri para salir de entre los globos. Mientras Massa habla de eliminar el impuesto a las ganancias, pagar el 82 por ciento móvil a los jubilados, utilizar la gendarmería para controlar el narcotráfico en los barrios, gravar la renta financiera, y hacer que los laboratorios extranjeros paguen IVA; Macri se limitó a anunciar la liberación inmediata del cepo al dólar, hecho que genera más temores que certezas, y a afirmar que si cambiamos vamos a estar mejor, cosa que es posible, pero deberían explicar con más precisión las características del trueque.
Asimismo, mientras la foto principal que Massa expone, es junto a un gobernador de peso y consolidado como José Manuel De la Sota, y un ex ministro de economía respetado y valorado como Roberto Lavagna; Macri quedó pegado a la imagen del malogrado Fernando Niembro, quien no sólo vio frustradas sus ambiciones políticas, sino que pasará mucho tiempo hasta que vuelva a contar tiros de esquina.
Así las cosas, las encuestas no se mueven con grandes sorpresas, y esto nos deriva en la carrera por la gobernación. Es harto posible que Felipe Solá (FR) aparezca ante los ojos de la ciudadanía como el mejor candidato a gobernador superando en atributos a Aníbal Fernández (FpV), seguramente, también es posible que en un “mano a mano”, María Eugenia Vidal (PRO) obtendría más votos que el Jefe de Gabinete. Si, tal vez, estas afirmaciones sean correctas, pero la elección no es sólo a gobernador, acá se vota a presidente y se vota a intendente, y la boleta a gobernador va en el medio de una tira que supera el medio metro y que cuenta con siete cuerpos de candidatos. Para que el corte de la boleta de Aníbal sea factor definitorio en la elección, tendríamos que vivir en una sociedad con más cirujanos que carniceros.
Comenzaron a aparecer las encuestas midiendo la candidatura a gobernador junto a la categoría presidente, Aníbal tiene ventaja, y hoy parece imposible que alguien pueda descontarla.
Por último, los quilmeños que lean esta nota dirán que es mucho más fácil cortar la boleta del candidato a intendente, ya que está en un extremo de la tira, y es cierto. Y también es cierto que por ahí pasa la aserción del análisis. Martiniano Molina (PRO), fue el candidato más votado de la primarias y ganó por cinco puntos a su competidor inmediato, Francisco Gutiérrez (FpV). Pero a las ocho de la mañana del domingo 25 de octubre, el actual intendente, Gutiérrez, arrancará la elección con una boleta que tendrá aproximadamente diez puntos de ventaja sobre su principal competidor, Molina.
Gracias por leer.
Publicada en la edición N° 774 de El Suburbano.