(Por Christian Skrilec) La decadencia de los encuestadores y las señales confusas de la política son condimentos esenciales para una sorpresa. A ello podemos sumarle las lecturas tergiversadas de los editorialistas y la posición acomodaticia de los medios para relativizar un resultado. La elección en segunda vuelta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es un ejemplo de lo dicho: hubo sorpresa y estuvimos al borde del batacazo. La lectura mediática y política posterior sufrió los avatares de las necesidades opositoras y oficialistas. La pregunta que uno tiene la obligación de hacerse desde estos párrafos, es si Quilmes puede ser territorio de sorpresas electorales.
Lo primero que debe observarse de cara al 9 de agosto es la interna del Frente para la Victoria. La suma de ambos candidatos pondrá al FpV como la fuerza política con mayor cantidad de votos en la ciudad. Ahora, entre la visión del sector del Intendente Gutiérrez, que pone en dudas la capacidad de sus opositores de llegar a la minoría (25 por ciento de los votos del FpV), y las palabras de Gurzi en plenarios y reuniones, donde asegura que está en una pelea cabeza a cabeza, hay un abismo de varios miles de votos.
Objetivamente uno puede argumentar que el piso de votantes de Gutiérrez pueden ser los 23 puntos porcentuales del total de votantes. El porque es sencillo, en el 2013, con un “kirchnerismo” cascoteado, y una gestión que dejaba toneladas de basura en medio de las calles, llegó en el recuento de votos a los 20 puntos. Hoy, el oficialismo, con Daniel Scioli a la cabeza, cuenta con una posición muy superior, y la gestión municipal superó alguno de los problemas que la aquejaban dos años atrás. El colega Carlos Taphanel me aportó un dato simple que describe la situación, “no hay ramas”. Parece un tema menor, pero los que trabajamos en medios de edición diaria, sabemos que el reclamo por ramas es moneda corriente entre mayo y agosto, este reclamo no está. Con esto no digo que no hay ningún residuo de poda sin levantar, ni tampoco digo que la gestión es buena, simplemente demuestro que las condiciones no son las mismas que en el 2013, donde cientos de cuadras de la ciudad eran intransitables por la acumulación de ramas. Simbólicamente, la gestión está mejor.
Entonces es razonable pensar en un 23 por ciento como piso de votos para Gutiérrez, y para superar ese volumen, obviamente, Gurzi debe llegar a los 24 puntos. Que Daniel Gurzi ganara la interna sería un batacazo, ¿por qué?, porque las situaciones objetivas no lo favorecen. En primer lugar, no pudo cerrar a todo el oficialismo no “barbista” tras su candidatura, La Cámpora y buena parte del “sciolismo” se quedaron con Gutiérrez. Además, ese voto independiente que lo llevó a hacer una espectacular elección en el 2011, tiende a ir a manos de otras fuerzas políticas como el PRO y el Frente Renovador. Y por último, para tener chances de triunfo habría que pensar en un Scioli rondando los 45 puntos de intención de voto en el distrito, cifra hasta ahora descartada por las encuestas locales. Por supuesto, lo difícil no es imposible, y como planteáramos en la edición anterior de esta columna, el “gurzismo” está trabajando seriamente sobre el voto “anti-barbista” y localista, promoviendo un corte de boleta y un razonamiento electoral de pago chico que lo favorezca.
Por último, y como dato clave del análisis, está la elección a gobernador. La candidatura del quilmeño Aníbal Fernández trastoca la elección local. Gutiérrez es uno de los intendentes que más fuerte jugó en favor de la candidatura de Julián Domínguez, y pese a que tanto él como Gurzi tendrán boletas con los dos candidatos a gobernador, la identificación de cada uno de ellos es inequívoca: Domínguez-Gutiérrez y Fernández-Gurzi.
En el reparto previo de boletas, Gutiérrez reparte sólo la de Domínguez y Gurzi sólo la de Aníbal, y en esto la ventaja es “gurzista”, porque los sondeos siguen siendo favorables al Jefe de Gabinete. La pregunta sobre cuanto influirá esta situación al momento de contar los votos, sólo tendrá respuesta el día de la elección.
Gracias por leer.
Cristian no creo como vos decis que la gestion esta mejor pero son opiniones yo creo que quilmes necesita cambio de coductor abrazo
creer que esta gestión va a ganar por el solo hecho de no ver rams, es bastante simplista. Por otro lado esa situación debe ser sectorizada, ya que en Quilmes Oeste, si hay ramas, sí hay basura, sí hay baches, sí hay falta de iluminación. Pero además de todo esto que significa que se acordó a 2 meses de las PASO, quisiera un intendente que no solo sea gestor de las cosas que «debe» hacer en materia de servicios públicos… sino que además piense en la gente y deje fomentar la marginalidad, ya que gracias a un estado nacional, podemos decir que la pobreza estructural desapareció, pero en Quilmes es inversamente proporcional, la marginalidad que la imagen de este municipio ha crecido.