(Por Christian Skrilec)
Como pocas veces la anticipada elección de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires enciende focos de atención en el territorio bonaerense. Las señales de la elección de CABA que deben leerse en la Provincia son muchas y algunas de ellas de entidad. La nacionalización de la campaña, el plan de absorción de La Libertad Avanza, la fragmentación de las opciones y la baja participación, son cuestiones a atender de cara a la elección del próximo 7 de septiembre.
Nacionalización
La eficacia del desdoblamiento de Kicillof depende exclusivamente de la estrategia de La Libertad Avanza. La experiencia de CABA fue catastrófica para el oficialismo PRO. La elección se nacionalizó de manera absoluta como el “olor a pis” que denunciaba Larreta. El gobierno nacional tiene la capacidad de nacionalizar también las elecciones del 7 de septiembre en la Provincia, porque el grueso de los votantes pertenece al AMBA y se mueve en el AMBA. Ese conurbano ampliado es permeable a los medios nacionales y al bombardeo de redes sociales.
Si la elección se nacionaliza, será de la peor manera: la inseguridad trágica, la educación de “Baradel”, la salud de IOMA y la infraestructura de la inundación serán los tópicos contra los que tendrá que pelear el peronismo, y la única arma eficaz que tendrá para enfrentarlos será “la crueldad de la economía libertaria”…
La opción que el gobierno nacional no se esfuerce en los comicios desdoblados y su estrategia responda a especular con la elección nacional de octubre, que es la que verdaderamente le importa, dependerá de cosas tan volátiles como la política económica, el humor social, o el análisis de los focus groups.
Leer más: La Libertad Avanza se impuso en las elecciones porteñas
Absorción
El anuncio es significativo: “tabula rasa con todos los que quieran abrazar las ideas de la libertad”, dijo eufórico el Presidente Milei; o como anunció más ampliamente el ganador Manuel Adorni, invitando a sumarse a “todos los que compartan nuestra agenda”. Esto se traduce en un plan de absorción sin límites para dirigentes, punteros, referentes y militantes que quieran pintarse de violeta y defender al presidente y sus candidatos.
Ya no hablamos de la genuflexión desesperada de Diego Santilli, ni la necesidad de adherencia manifiesta que tienen el presidente del PRO Cristian Ritondo, el intendente de Mar del Plata Guillermo Montenegro o el mandamás radical Maximiliano Abad. Ahora las puertas se abren de paren par para aquellos que imaginaban beneficiarse generando alternativas ante la fragmentación del oficialismo peronista. La tentación es grande para muchos intendentes a los que la interna peronista o la extinción radical los pone en riesgo.
Fragmentación
Si el peronismo es incapaz de resolver sus diferencias antes del cierre de listas, ira dividido y corre el riesgo de perder en las ocho secciones electorales de la Provincia. Si resuelve sus diferencias de manera insatisfactoria para la mayoría, o por lo menos para aquellos que pregonan el “axelismo”, pueden ocurrir rupturas seccionales o provinciales que también podrían traducirse en derrotas en casi todas las secciones a excepción de la inviolable y populosa Tercera.
Las opciones para el radicalismo en extinción, las patrullas perdidas del PRO, o los peronistas huérfanos se reducen a una unificación de volumen electoral indescifrable o la presentación de listas testimoniales.
Los ‘libertarios blue” o su nombre de fantasía deben verse espantados en el espejo del fracaso de Ramiro Marra.
La izquierda jugará a la subsistencia y el resto ni siquiera amagará con perjudicar a alguien en la dispersión.
La fragmentación, no es novedad, favorece a los grandes y perjudica a los chicos. El único que logró un objetivo de mínima en la Ciudad fue Horacio Rodríguez Larreta, el resto se quedó con nada.
Leer más: “La baja participación suele beneficiar a los sectores extremos cómo LLA”
Participación
La baja participación favorece a las minorías intensas y a los aparatos electorales. En la Provincia hay dos minorías intensas claramente identificables: “el cristinismo” y “los libertarios”, ambos sectores irán a votar sin esfuerzo. Respecto al aparato, fundamentalmente de los intendentes, tiene una eficacia electoral probada, no obstante el tiempo ha erosionado sus bases. Luego de la baja participación en las elecciones de las provincias del norte, consulte con un experimentado operador territorial del peronismo si tendrían que ir a buscar los votantes para septiembre, la respuesta fue clara: “hoy más que nunca creo que si los llevamos a votar nos votan en contra”.
Hoy es imposible visualizar si una participación escasa beneficiará más al oficialismo bonaerense o a la oposición. Aunque esa idea podría tomar forma cuando se investiguen las razones de la penosa concurrencia a las urnas que tuvo la elección de CABA.
Gracias por leer.





















