El obispo Carlos Tissera emitió su tradicional mensaje de Navidad, con una fuerte carga social, en el que pide por la falta de comida y llama a atender la crisis. Habló de «injusticia social» y focalizó en la inseguridad alimentaria de los menores.
No es la primera vez que el Obispo de Quilmes trasmite un mensaje crítico a las políticas económicas del Gobierno Nacional. En noviembre pasado, había planteado que “se nos quiere hacer creer que la justicia social es una aberración”, en clara contradicción con la posición del presidente Javier Milei.
Así, en este nuevo mensaje navideño, Tissera citó al Papa Francisco y sostuvo que «En este día, aprendiendo del Príncipe de la paz, comprometámonos todos —en primer lugar, los que tienen responsabilidades políticas—, para que la comida no sea más que un instrumento de paz. Mientras disfrutamos la alegría de encontrarnos con los nuestros, pensemos en las familias que están más heridas por la vida, y en aquellas que, en este tiempo de crisis económica, tienen dificultades a causa de la falta de trabajo y de lo necesario para vivir”.
En la misma línea, repitió parte del mensaje de la Comisión Episcopal de Cáritas Argentina, que hace foco en la pobreza e indigencia de niños y adolescentes en el país: «Ante la injusticia social, recordamos que Belén significa “Casa del pan” y nos comprometemos a compartir el pan con los que no lo tienen. Y ante el sálvese quien pueda, elegimos el camino de la hermandad y la amistad social, la parábola del Buen Samaritano, predicada por Jesús en los años de su misión como adulto. En este 2024 la pobreza y la indigencia de los niños, niñas y adolescentes, en términos de inseguridad alimentaria, es dramáticamente delicada. Este es solo un rostro de la pobreza, de la crisis socioambiental (cf. LS 139). En el tiempo de Navidad, con la ayuda de Dios y la nuestra, puede transformarse en rostro de esperanza, porque nos seguimos preguntando qué más podemos hacer. Creemos, como siempre nos recordaba el Cardenal Eduardo Pironio, que la esperanza se vive precisamente en los tiempos difíciles, ella nace de la cruz y crece por la fe en el Señor de la historia».
“No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos — la sabiduría de un pueblo — que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos. Abramos la puerta de nuestro corazón para contemplar el amor de Dios a nosotros. Aquel que es fuente de todo bien se hace pobre y pide como limosna nuestra pobre humanidad. Dejémonos conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud”, cerró su discurso el Obispo Tissera, también con una cita al Papa.