Luego de la ruptura del bloque oficialista, del Frente de Todos, el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora entró de lleno en modo año electoral. Ante un posible vendaval político que avecina la campaña, el peronismo aprobó por mayoría una moción para cambiar el cronograma de sesiones ordinarias que ahora quedarán sujetas a la decisión de la Presidencia del cuerpo. Además, restringieron el ingreso de gente al edificio.
La última sesión ordinaria de abril había mostrado un nuevo panorama en el HCD. La salida de Marita Velazquez del bloque del Frente de Todos se hizo sentir rápidamente cuando copó de vecinos y militantes la barra del recinto en reclamo de elecciones en la Sociedad de Fomento Villa Elvira. La jornada se descontroló con gritos y acusaciones contra los ediles peronistas que no quería tratar en ese momento el tema.
Fue el inicio de lo que parece avecinar un complejo año electoral para Lomas de Zamora. En la misma sesión, Cecilia Gómez había expresado una moción de privilegio por la agresión que sufrieron militantes de Guillermo Viñuales en una recorrida de campaña.
El clima está caldeado en el distrito y en el Concejo buscan evitar que se traslade a las sesiones. Así fue que hoy, tras una corta reunión de labor legislativa, entre la sesión especial donde se trató la rendición de cuentas y la ordinaria, el peronismo dio un paso para busca controlar la agenda política del legislativo.
La jornada comenzó con una moción de privilegio de presidente del bloque del Frente de Todos, Gastón Lassalle, quien argumentó que el cuerpo necesitaba «una dinámica distinta» y no la que se acordó en marzo, de realizar dos sesiones por mes, los segundos y cuartos miércoles. Así propuso una moción para que la decisión de la convocatoria a sesiones queda sujeta a la decisión de la Presidencia del Cuerpo, que conduce Diego Cordera. Juntos se negó, para el presidente de su bloque, Gustavo Ganchegui «el calendario actual da la flexibilidad necesaria para tratar la carga legislativa».
La decisión repercutirá invariablemente, en una menor tarea legislativa de cara a los próximos meses. Pero no fue la única medida de control que tomaron las autoridades del cuerpo. Desde el día de la fecha, el ingreso a la barra del recinto está restringido y se hace por acreditación previa. El argumento oficial fue una cuestión de seguridad, algo que llamativamente en 40 años de democracia nunca nadie pensó. Un opositor bromeó y preguntaba si Santiago «Beto» Carasatorre hubiese tomado la decisión de pedir documento de identidad para ingresar al espacio de representación de los ciudadanos lomenses.
Aún más, se limitará la cantidad de personas que puedan ingresar por sesión. Habría habido un pedido de Bomberos voluntarios para no colapsar el poco espacio que tienen aquellos que quieran ir a presenciar un debate legislativo. Además de la falta de una salida de emergencia.