Con motivo del Día del Militante, la vicepresidenta Cristina Fernández protagonizó un multitudinario acto en el Estadio Único de La Plata en el que evitó hablar de candidaturas y puso el foco en la seguridad, el poder judicial y lo realizado durante su gobierno y el de Néstor Kirchner.
La ex presidenta habló pasadas las 19:30 y durante casi una hora ante un estadio lleno de militantes y un importante volumen de dirigentes que incluyó a gobernadores, intendentes y ministros en las primeras filas. Máximo Kirchner y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, estuvieron en las tribunas.
Para comenzar, y luego del canto “Cristina presidenta” que se repitió durante toda la jornada, hizo un repaso histórico y marcó que desde 1983 “el fin de la muerte cómo instrumento político fue la gran construcción de la democracia, pero el 1 de septiembre se quebró ese acuerdo de respetar la vida”, en referencia al intento de asesinato en su contra.
Aprovechó esto para poner el foco en la seguridad y subrayó que “es un tema complejo pero que sufre toda la sociedad y sobre el que la política tiene una deuda porque ningún partido lo pudo solucionar”. En ese sentido, llamó a “terminar con el debate berreta de los mano dura por un lado y los garantistas por el otro”.
Recordó la muerte del juvenil de Barracas Central asesinado por la policía de la Ciudad y sostuvo que “pudo haber sido la de la Provincia”. “En esto olvidemos los partidos y discutamos en serio el tema de la seguridad en nombre de todas las víctimas. Algunos lo pueden tener más resuelto en la pauta publicitaria, pero la inseguridad los vecinos la sufren todos los días”, exclamó y marcó que “hay un fenómeno de autonomización de las fuerzas de seguridad”.
“Tiene que haber un acuerdo entre los partidos, un proyecto en común y que las fuerzas respondan efectivamente a las autoridades civiles. Las fuerzas son una parte de la solución pero también del problema si no se subordinan al poder civil. En nuestro gobierno sacamos a miles de gendarmes en el Operativo Centinela, no sé porque no podemos volver a hacerlo en el Conurbano”, disparó, aunque aseguró que “no son reproches para nadie”.
Luego hizo una pausa ante el cántico “si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar” y manifestó: “He pensado mucho en eso y lo que pasó, cuál era el objetivo y leí un proyecto que en la última frase decía, sin Cristina hay peronismo y sin peronismo sigue habiendo argentina. En esa frase estaba condensado el objetivo de siempre, suprimir al peronismo. Posiblemente sin Cristina exista un peronismo, pero será un peronismo dividido, fracturado, neutralizado, e inocuo para cualquier proceso de cambio”. Asimismo, contestó a un nuevo canto por su vuelta a la presidencia con una cita a Perón: «Todo en su medida y armoniosamente».
Tras esto, cambió el eje a lo económico donde defendió a Aerolíneas Argentinas señalando que “hay que hacer la cuenta completa y mirar la ocupación hotelera y los ingresos de los lugares a donde se van los argentinos de vacaciones”. También reconoció que “la jubilación no alcanza”, pero se preguntó “¿Cuánto peor estaríamos si esa gente no se hubiera podido jubilar?”.
En esa línea, recalcó “los condicionamientos que existen en las políticas porque hay que designar recursos a los pagos de la deuda” y pidió “explicar el condicionamiento brutal y no decir que está todo bien”.
“Tenemos la necesidad de acordar políticas, porque las elecciones se pueden ganar, pero los condicionamientos son tan graves que va a requerir que todos los argentinos tiremos juntos para el mismo lado, sino el país será difícil para cualquiera”, añadió.
Por último, cargó nuevamente contra el Poder Judicial y afirmó que “cuando cayó el partido militar que realizó los golpes, apareció el partido judicial”. “No es bueno que sean los jueces los que decidan sobre la política económica del país”, sentenció y ejemplificó que “las telecomunicaciones tuvieron el mes pasado el doble de aumento que la inflación general porque hay jueces que dijeron que el decreto para que se aun servicio público no se puede aplicar”. Además, criticó “que haya gente que decide la voluntad del país y sus cargos sean de por vida”.
Para despedirse de los presentes y tras casi una hora de discurso, la vicepresidenta aseguró que “Argentina necesita militantes, no de los partidos, sino del país”.