Este miércoles el ex secretario General de la gobernación, Federico Thea, juró como el nuevo presidente del Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires. Se trata del organismo que se encarga de controlar las cuentas provinciales y de los 135 municipios bonaerenses y sancionar a los funcionarios y/o funcionarias responsables.
El cargo es clave en la estructura bonaerense y reviste un poder de peso. Además, es vitalicio, esto es que sólo se lo podrá remover en caso de alguna irregularidad con un enjuiciamiento. Es el primer hombre del riñón del gobernador, Axel Kicillof, en ocupar un cargo de poder fuera de la estructura del gabinete bonaerense. Cabe recordar que el mandatario provincial no tiene, por ejemplo, legisladores propios.
La jura se llevó adelante en el salón Eva Perón del anexo del senado provincial, donde estuvieron Kicillof; la vicegobernadora, Verónica Magario; el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, legisladores y legisladoras, entre otros.
Tras asumir en el cargo Thea declaró que sintió “un gran apoyo” ya que hubo “un gran consenso, mayoritario, salvo tres o cuatro senadores”. Sobre los cuestionamientos a su estrecha relación con Kicillof afirmó que “es algo que está previsto en la Constitución, este tipo de cargos son a propuesta de quien sea titular del Poder Ejecutivo provincial, requiere la aprobación del Senado y en este caso hemos logrado un consenso mayoritario».
Sobre los primeros lineamiento para el organismo, expresó que «lo primero que se va a delinear un plan de trabajo, hay cuestiones coyunturales en lo inmediato que se van discutiendo en los plenarios que se realizan semanalmente».
«El desafío para mí es consensuar con ellos un plan de trabajo de mediano y largo plazo para el organismo. El resto tampoco hace tanto tiempo que está, los cuatro vocales que me acompañan fueron designados durante la gestión de María Eugenia Vidal, por lo que el mayor desafío es poder trabajar colectivamente», agregó.