Sin sorpresas, y con lo que parece ser la nueva mayoría legislativa local, el oficialismo aprobó la rendición de cuentas de la gestión 2020 de Néstor Grindetti. Cambiemos defendió haber logrado un superávit, a pesar de las inclemencias, mientras que el Frente de Todos denunció una subejecución de gastos, puntualmente en educación y asistencia social en el año de la pandemia. Los números vuelven a mostrar que la Comuna gasta más del 80 por ciento de todos sus recursos en sueldos y la recolección de residuos. Un complicado final de sesión puso en duda el funcionamiento de los Concejo Deliberante vía remota.
En sesión especial, y por casi dos horas, el Legislativo lanusense debatió y aprobó por el voto doble del Presidente del Cuerpo, Marcelo Rivas Miera, la rendición de cuentas de la gestión 2020 de la administración municipal de Néstor Grindetti. El encuentro confirmó la conformación de una nueva mayoría que integran el bloque de Cambiemos (11 ediles) y el Frejula (Héctor Montero), quienes imponen las condiciones en el recinto, siempre y cuando cuenten con todos los ediles presentes. La delgada mayoría dificulta justificar la decisión del Frente Renovador de dejar la presidencia al oficialismo cuando el peronismo todavía tenía 13 votos.
El encargado de defender los gastos municipales fue el presidente de la Comisión de Hacienda, Omar López, quien señaló que de un saldo de más de 10 mil millones de pesos ingresados, la comuna devengó poco más de 9 mil millones, dejándoles un superávit de más de mil millones de pesos.
En su discurso, López se quejó de la «diferencia» que hicieron los gobiernos Nacionales y Provinciales con Lanús, único distrito PRO de un conurbano sur ultra peronista. Así es que denunció que » las transferencias nacional sufrieron una merca del 54 por ciento», con respecto al año anterior; mientras que «diferencia con la provincia de 721 millones de pesos», que sería lo que el Ejecutivo que conduce Axel Kicillof le debe al distrito.
Llamativamente ningún edil (ni oficialista ni opositor), señaló que esa diferencia se dio ya que en 2019, último año de la gestión nacional de Mauricio Macri y de la provincial de Maria Eugenia Vidal, Lanús recibió 4.288 millones de pesos por encima de lo que tenía presupuestado para el año. Al punto que los recursos que lograron en ese momento llegaron a 9.629 millones de pesos, muy cercano a los números que presenta el municipio un año (y 54 por ciento de inflación) después.
Confirmando la nueva mayoría, Montero fue otro de los que defendió los gastos municipales. Según señaló, los recursos municipales «registraron poco más de 4 mil millones de pesos», que tuvieron que enfrentar el 51 por ciento de aumento de los sueldos de los trabajadores municipales. Asimismo, según expresó López previamente, el gasto en personal representó el 42 por ciento de los recursos totales, mientras que servicios no personales (donde el gasto mayoritario es el servicio de recolección de residuos que provee Covelia) otro 40 por ciento. Sacando los gastos reservados, la Comuna tiene fondos casi en exclusividad para pagar sueldos y levantar la basura.
Por el Frente de Todos, quien expuso la posición del espacio fue Mayra Benítez Daporta, quien aseguró que «Cambiemos gobierna recortando dinero en partidas presupuestarias” y denunció subejecuciones en el presupuesto educativo, salud y la secretaría de desarrollo social. “El Intendente priorizó que cierren los números, como si la vida de los vecinos fuese una cosa más que administrar”, acusó la edil. Misma concepción que mostró Karina Nazabal (FdT-PJ), quien consideró que la comuna hace un «gasto poco humanizado de los recursos”.
El final, en lo que podría haber sido un bochorno, demostró los limites (cortos, muy cortos) que tiene el sistema de sesiones vía remota, dejando a la libre comprensión de cada edil la utilización de dispositivos y nuevas tecnologías que, a un año de empezada la pandemia, no dominan: en medio de la votación nominal, Alberto Torres (Cambiemos) sufrió la desconexión del zoom por el que se realiza la sesión, si fuese presencial equivaldría a que se haya levantado de su banca a la hora de votar, sin embargo y en acuerdo de todos los bloques se espero más de 10 minutos a que el edil pudiese volver a ingresar para votar. El hecho derivó en una discusión fuera de temario sobre la necesidad de buscar alternativas a un formato virtual que deja dudas de su legalidad.