Con visiones distintas, los analistas Gustavo Córdoba y Jorge Giacobbe evaluaron el escenario político actual y la imagen del presidente Alberto Fernández a partir de la mirada de la opinión pública. Ambos coincidieron en el peso que en este contexto tiene el binomio salud-economía pero se distanciaron en el impacto que la pandemia tendrá en la economía del país y en la imagen del primer mandatario.
“Alberto Fernández arranco con 38% de imagen positiva, cuando asume la crisis subió 30 puntos más, tuvo un crecimiento brutal. Dos semanas después, las más ásperas, empiezan una serie de errores hasta que llegó la discusión por la liberación de los presos, y ahí bajó 22 de esos 30: tiene 46 puntos de imagen positiva, pero construidos cuando la angustia era otra”, expresó en diálogo con el Termómetro el representante de Giacobbe y Asociados.
A casi ochenta días de iniciado el aislamiento, las condiciones cambiaron y- según la percepción que tienen en la consultora- “la gente quiere economía y salud, dos cuestiones contrapuestas que, sea cual sea la decisión que tome cualquier presidente va a desconformar a una parte siempre”.
“Supongamos que el coronavirus termina cuando termina el invierno y podemos salir con un costo bajo de infectados y muertos, nos alegramos, nos enorgullecemos. Si eso sucediera nos van a quedar 15 o 20 por ciento más de pobres y Alberto, o cualquiera, va a tener que gobernar esa realidad y las principales demandas que va a recibir van a ser económicas”, expresó.
Por su parte, de acuerdo al estudio realizado por si consultora a mediados de mayo, Córdoba remarcó que si bien el factor económico ha impactado en todos los sectores “la gente todavía tiene miedo al contagio” y “le reconoce el sentido común” al titular del Ejecutivo nacional debido a las decisiones que tomó para intentar frenar el avance del virus.
“Proyectamos en Alberto Fernández las ganas de salir de esta situación. Hemos sentido la contención en los cuidados y hoy se pone la expectativa de salir, y es por eso que gran parte de los que no lo votaron sienten contención en las medidas que se tomaron”, indicó ante este medio.
No obstante, pese a la aceptación percibida en estos más de dos meses, remarcó que se trata de “una etapa de consensos precarios y relativos” que el Gobierno no debe asumir como permanente “porque así como construyo una imagen muy buena en este tiempo por las buenas medidas, una serie de malas medidas puede revertirlo”.
En sintonía, Giacobbe puso el foco en la “volatilidad de la sociedad argentina”, que permite que – desde su óptica- “así como un día pone en un pedestal a alguien, al día siguiente lo destroza”.
“Los ciudadanos le agradecen poco a los gobernantes lo que logran, nos vamos poniendo más exigentes. Si la gente se enoja con alguien que incumple una promesa no tiene problema en soltarle la mano”, evaluó.
Por otro lado, los dos consultores mostraron diferencias en cuanto a las posibilidades futuras una vez que finalice la pandemia. Mientras que Córdoba estimó que las circunstancias actuales “pueden servir para salir con más fuerza y poner el esfuerzo para recuperar el empleo, la producción”, Giacobbe auguró un horizonte menos alentador.
“La disyuntiva hoy es que no queremos morirnos de coronavirus pero tampoco queremos morirnos de hambre. Argentina estaba en una situación difícil antes de la pandemia, luego nos van a quedar más de 60% de pobres y Argentina va a seguir sin proyecto con un problema más que es que el mundo se apagó”, concluyó.