En medio de la crisis sanitaria desatada por la llegada del Coronavirus al país y tras la reunión que el presidente Alberto Fernández mantuvo con un grupo de sacerdotes que trabajan en los barrios más vulnerables, desde la comunidad religiosa evaluaron la situación local ante la posibilidad de una extensión de la cuarentena. Frente a un escenario incierto, manifestaron la preocupación por las dificultades para mantener el aislamiento en las zonas donde faltan recursos básicos como el alimento y consideraron la alternativa de cerrar barrios para contener el avance del Covid-19.
«Yo colaboro en esta consigna de ‘Quedate en casa’, pero en los barrios se van juntando porque la gente necesita comer. Estamos luchando entre quedarse en casa y qué hacer para buscar comida”, señaló el padre Ignacio Blanco, integrante del grupo Opción por los Pobres.
El religioso de la Parroquia Santa María y Santa Isabel de Berazategui se refirió a la situación, que se repite en gran parte de la región, de aquellas personas que tienen trabajo esporádico y no cobran si no pueden llevarlo a cabo. De la misma manera, reparo en que muchas familias viven en espacios reducidos “y hay veces en las que no pueden quedarse en su chaperío por mucho tiempo”.
En este sentido, puso el foco en las dificultades para tratar esta problemática sin caer en “miradas de clases” ya que “ una cosa es vivir en una casa con agua caliente y otra es vivir en una casilla con cuatro o cinco pibes». Con esta perspectiva, el clérigo se mostró cercano a la conclusión que surgió del encuentro entre sus pares y el jefe de Estado, donde se pronunciaron sobre la consigna de “quedarse en el barrio”.
“Es feo pensar en blindar barrios, pero dadas algunas situaciones no sé si va a haber otra opción (…) Es una pandemia inédita por su extensión y hay que evitar las miradas de clases porque esto nos toca a todos, pero deja en evidencia la injusticia de este sistema», evaluó.
En tanto, si bien destacó que “hay un Estado presente” y que este contexto “ha revalorizado la Salud Pública”, la llegada del virus dejó expuso que “(la asistencia) no alcanza y que antes tampoco alcanzaba”. Además, señaló también que la permanencia obligatoria en los hogares “dispara otras situaciones como la violencia contra la mujer y el tema de los abusos. “El aislamiento en la casa es una complicación”, insistió.
Pese a todo, manifestó expectativas respecto a que el presente ayude a generar un cambio en la sociedad. “Los pobres me han enseñado mucho pero a veces dudo, renuevo mi esperanza pero es difícil cambiar el corazón de los hombres. Acá tiene que ver con la capacidad de mirar al otro”, concluyó.