En la previa a Navidad, el obispo auxiliar de Quilmes, Marcelos «Maxi» Margni, evaluó el trabajo realizado por la Iglesia en este contexto económico y social y señaló que en 2019 estuvieron abocados a “hacerle frente a la crisis”. Además, destacó el llamado que recibió el titular de la Diócesis, Carlos Tissera, para participar de la propuesta “contra el hambre” del Gobierno nacional.
«Cáritas siempre estuvo en los proyectos contra el hambre, desde el proyecto Pan de Alfonsín (…) Están esperando que haya más indicaciones y saber los detalles y a partir de eso veremos la ayuda que se necesita», expresó en diálogo con El Termómetro.
En medio de un cambio de administración y de “color político”, el sacerdote observó que si bien “hay esperanza y los sectores populares sienten que algo va a cambiar, están muy impactados” por el crítico panorama.
“La gente está muy rota, hay mucha violencia, mucha bronca de los que sienten haber perdido, de los que no llegan a fin de mes, de los que están endeudados.. Eso genera violencia insatisfacción violencia y va a haber que sanar vínculos: el elemento de la grieta caló hondo en la familia, hay un pueblo dividido”, expresó.
Más allá de este estado generalizado, contó también que – en el ámbito pastoral- el que se termina fue “un año de escuchar” y que el próximo estará orientado al análisis de la situación que por estos días “es muy compleja”. “Tenemos que preguntarnos por qué nos pasa esto”, reflexionó.
Por otra parte, aunque en la misma línea, reiteró la invitación a participar de la ya tradicional cena de Nochebuena que cada año se realiza en la Catedral quilmeña. La propuesta, además de quienes se encuentran en situación de calle, es “para todas aquellas personas que están solas”.
«Los pobres saben ponerse en las manos de Dios. Es la enseñanza más importante para el ser humano, es saber que no estamos solos», afirmó y envió un mensaje de esperanza para toda la comunidad.