La Iglesia quilmeña llevó adelante durante los últimos días una serie de modificaciones de peso a partir de la salida del padre Jorge Cloro de la Diócesis, quien encabezó la lucha contra las drogas en la IAPI. Cloro fue reemplazado por un sacerdote reconocido en el territorio por formar parte del movimiento de “Curas en la opción por los pobres”. Mientras que el obispo auxiliar Maxi Margni estuvo en el Vaticano para participa de una audiencia con el Papa Francisco.
La llegada de Cloro a la parroquia Espíritu Santo de Bernal Oeste, una de las zonas más vulnerables del distrito, se produjo hace unos tres años. Ante la situación del barrio, el religioso comenzó a realizar actividades con los jóvenes con la intención de apartarlos de las calles. Ahí surgió la necesidad de visibilizar la problemática y lo hizo a través de una serie de manifestaciones bajo el lema de “IAPI sin droga” a mediados de 2016.
En ese entonces, en diálogo con El Termómetro, calificó al barrio como de “descarte” y que “no le interesa al Estado”. Para llegar con mayor profundidad al foco de conflicto, el padre comenzó a trabajar con distintas organizaciones y con el pastor Iván Carrillo, líder de la iglesia evangélica de la zona.
En noviembre de 2016, los dos referentes mantuvieron un encuentro con el intendente Martiniano Molina en la que expusieron ítems para trabajar en conjunto, donde se intentó hacer hincapié en la salud, implementación de programas de contención social y otros arreglos en la IAPI. Sin embargo, los pedidos no tuvieron el eco suficiente por parte del Municipio.
Como si fuera poco, en agosto de 2017, Chicho -sobrenombre de Cloro- denunció una serie de amenazas por parte de narcos. Los amedrentamientos comenzaron cuando dos personas en moto interceptaron a un agente pastoral de la iglesia y le dejaron un mensaje para el religioso: “Gordo, que no se meta en la calle, decile al cura que solo haga misa”. A raíz de este y otros episodios, Molina y el obispo Carlos Tissera le dieron su apoyo.
Su lucha llegó a tal punto que un grupo de jóvenes de la comunidad Santa Rita comenzaron a elaborar todo tipo de merchandising con la cara del religioso. “El tema es que la resistencia a los cambios no nos coman y no nos quedemos sólo con las frases”, sostuvo el padre con un claro mensaje político ante la falta de acción frente a la continuidad de los problemas.
Finalmente, después de mucho desgaste, Cloro se despidió hace unos días de sus fieles de la parroquia Espíritu Santo tras tomar la decisión de concluir con su “misión”. Según le aseguraron a El Termómetro, Cloro hizo un retiro espiritual de un mes en el que resolvió partir hacia Neuquén, luego de aceptar la invitación del obispo patagónico Croxatto.
En su lugar, la Diócesis de Quilmes ya definió el nombramiento del presbítero Félix Gibbs -dejó su lugar en la parroquia Nestra Señora de las Lágrimas de Solano- como Decano del decanato Quilmes Oeste II y administrador parroquial en la IAPI. Gibbs, al igual que Cloro, tiene una línea social y de «meterse en el barro». Tan es así que integra el grupo de “Curas en la opción por los pobres”, un movimiento que nació de la teología de la liberación en la que viven entre la austeridad y una marcada tendencia a la crítica política.
“Cada vez es más grave el panorama, vamos hacia un abismo irrefrenable, no vemos una solución en cuanto a la propuesta política, social y económica del país”, había señalado Gibbs en comunicación con El Termómetro en abril pasado. Además, aseguró que se trata de “un genocidio social porque está programado para quitar la vida a la gente en cuentagotas”.
Por otra parte, en los últimos días, el obispo auxiliar Maxi Margni, ordenado el 16 de marzo, participó del encuentro mundial de nuevos prelados en Roma, junto con diez obispos argentinos ordenados recientemente. En ese contexto, pudo tener unos minutos con el Papa Francisco durante la audiencia llevada a cabo este miércoles.