Trabajadores de la aceitera COFCO de Valentín Alsina reclaman la reincorporación de 200 empleados que la semana pasada fueron despedidos sin previo aviso. Aseguran que la empresa no presentó el procedimiento preventivo de crisis, sino que cerró sus puertas porque “no quieren dedicarse al mercado interno”.
“Hicieron las cosas mal, nos enteramos telefónicamente, dijeron que iban a llegar los telegramas y en la empresa nos entregaron una fotocopia diciendo que prescindían de los servicio y a los compañeros no les llegó el telegrama. Fuimos a la audiencia y dijeron que no quieren dedicarse más al negocio, y en un comunicado le echan la culpa al Gobierno”, relató en diálogo con El Termómetro el secretario Adjunto de la Federación Aceitera, Ezequiel Roldán.
En contraposición a los argumentos que esgrimieron, desde el gremio sostienen que la compañía “no acusa ninguna crisis económica sino que es una de las mas ganadoras con las políticas de estos tiempos”. Por eso mismo, ponen en duda la decisión del cierre y la imposibilidad de venderla para que siga en funcionamiento.
“Tiene el aval del Gobierno para hacer lo que hacen. El Estado se metió en la conciliación pero en uno de los párrafos dicen que la misma Secretaría de Trabajo libera al personal de hacer tareas: están actuando como una agencia de trabajo”, sostuvo el dirigente sindical.
Sin respuestas a su pedido y “con 200 personas que quedaron en la calle”, están a la espera de una nueva audiencia con el Ministerio para conocer cómo siguen las negociaciones. “Veremos que sucede, nosotros pedimos la reincorporación y, si no, agudizaremos las medidas de fuerza”, concluyó.