El Cottolengo Don Orione de Claypole aloja a un promedio de 400 residentes, la mitad de los cuales están integradas dentro de Incluir Salud, el programa nacional de asistencia a personas con discapacidad. Sin embargo, por estos días la institución atraviesa una difícil situación económica debido al retraso en el pago de las prestaciones, lo cual pone en riesgo el sostenimiento del inmenso hogar y la atención de sus residentes. El reclamo es en conjunto con las diversas instituciones que integran el Foro de Promoción y Defensa de los derechos de las Personas con Discapacidad.
Si bien el problema comenzó hace dos años, se agudizò entre agosto y octubre de 2017 cuando la paga se redujo a un 80 por ciento en cada caso, y se extendió a este 2018 con varios meses sin recibir el dinero.
“Las instituciones deben pagar sueldos, tarifas, proveedores y los tenés que pagar en fecha pero nunca se sabe cuándo vamos a cobrar, la situación es muy crítica y hay muchas que están al borde del cierre. Las personas que están en estos establecimiento están en situación de vulnerabilidad y no podés dejar de la noche a la mañana de brindarles atención”, señaló en diálogo con El Termómetro la coordinadora técnica de la Obra Don Orione en el país, Beatriz Pérez.
La disminución de los ingresos tiene un fuerte impacto en la entidad -situada en avenida Lacaze 3963- ya que el 50 por ciento de la población está amparado por el programa en cuestión. En términos de recursos, la baja es muy significativa porque repercute en la labor cotidiana e imposibilita afrontar gastos esenciales como son los salarios de los trabajadores y el acceso a insumos básicos.
“Hemos mantenido diálogo con (la vicepresidenta) Gabriela Michetti, que está a cargo del Plan Nacional de Discapacidad, dijo que el problema se arreglaba pero ya estamos en agosto y no han arreglado nada. No podemos esperar ilusamente porque no quieren o no lo pueden resolver “, agregó.
Con este crítico escenario, desde hace un tiempo impulsan una campaña para recibir donaciones de alimentos, productos de limpieza y ropa. El pedido va variando cada mes de acuerdo a las necesidades. No obstante, la iniciativa no es suficiente debido a que cada día son más las complicaciones que aparecen.
“Estamos restringiendo al máximo los gastos, pero son 400 personas a las que hay que darles atención que requiere en cada caso y la mayoría no tiene familia ni a dónde reclamar. No podemos abandonar a las personas”, expresó la mujer y se lamentó por el presente que vive la obra creada por Luis Orione
“Lo hacemos porque nos preocupa que falte lo básico, que es la alimentación, pero no se puede estar así: eso lo hacíamos cuando el Cottolengo fue creado pero ahora hay una ley y un programa del Estado que establece la obligatoriedad por parte de las obras sociales de pagar la atención de las personas”, remarcó.
Frente a este panorama, adelantaron que no hay soluciones por parte del Gobierno, a fin de mes el Foro llevará adelante medidas para visibilizar esta realidad bajo la consigna “no al ajuste en discapacidad”.